El riesgo sistémico subyacente al protocolo Curve Finance no se ha eliminado por completo, y el protocolo se enfrenta a «otra prueba de estrés» en febrero, según un informe del 8 de enero del analista anónimo de inversiones en criptomonedas y usuario x DeFi Made Here. Según el informe, una gran cantidad de tokens Curve (CRV) estarán disponibles para el comercio en las próximas semanas, y la venta de estos tokens podría llevar a una situación similar a la que ocurrió en agosto, cuando el token CRV se vio amenazado por un colapso en su precio. Sin embargo, DeFi Made Here también advirtió que este escenario es solo posible.
Según la firma de investigación Delphi Digital, el fundador de Curve Finance, Michael EGOROV, debía 100 millones de dólares a varios protocolos DeFi al 1 de agosto. Esta deuda estaba respaldada por tokens CRV y los críticos la han señalado como un riesgo para el protocolo Curve y el sistema DeFI en su conjunto. Sin embargo, cuando Curve fue hackeado por 62 millones de dólares en agosto, Egorov pagó algunas de sus deudas y el protocolo pareció haber capeado la tormenta. En el momento del hack, el precio del token CRV era de aproximadamente 0,63 dólares. Desde entonces ha caído a 0,55 dólares, un 12,7% menos, según datos de CoinMarketCap.
En su informe, DeFi Made Here sugirió que esta pausa en el mercado puede estar enmascarando una debilidad importante en el protocolo Curve. El analista afirma que Egorov estuvo cerca de la liquidación en agosto, pero sabía que no podría cumplir su promesa pública de pagar sus deudas si fuera necesario. En respuesta a esta amenaza, Egorov decidió vender algunos de sus tokens CRV a inversores a través del comercio extrabursátil (OTC) y utilizar el efectivo para pagar deudas. Sin embargo, esta táctica no funcionaría si los inversores que compraron las monedas las arrojaran al mercado, por lo que Egorov insistió en un «acuerdo de apretón de manos» según el cual ninguna de ellas se vendería hasta febrero de 2024.
Imagen: Binance Academy