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Durante los últimos meses, sobre todo después del halving, la minería de Bitcoin experimenta un agudo declive en cuanto a intensidad de red. Según datos de sitios especializados, el poder informático (hashrate) se encuentra en el peor momento desde 2022. Cabe destacar que el hashrate es el determinante principal de la actividad interna de la red blockchain de Bitcoin.
Vale la pena aclarar que cuando se habla de mal momento del hashrate, se trata de la magnitud del descenso. El poder de hash marca 537 EH/s hasta el pasado jueves 27 de junio. Hace pocas jornadas, el mismo marcaba más de 640 EH/s. De tal manera, aunque el poder de hash es inmenso en comparación con 2022, el descenso es similar en magnitud.
Esta realidad sugiere que los coletazos del halving todavía causan estragos en la industria, sobre todo entre los mineros pequeños y medianos. La desconexión de miles de equipos mineros de estas categorías provoca una mayor centralización en la industria.
De continuar esta tendencia, se podría llegar a un ritmo de capitulación pocas veces visto en el sector de la minería de Bitcoin. El hecho de que esto termine con una mayor centralización de la actividad es problemático para la red en general. No se debe perder de vista que una adecuada distribución del poder informático es clave para la seguridad de la blockchain de Bitcoin.
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La minería de Bitcoin en medio de un desafío inédito
Aunque la industria de la minería de Bitcoin ya enfrentó varias veces el fenómeno de la capitulación, en esta oportunidad hay elementos diferentes. Entre ellos se cuenta el espectro de la inteligencia artificial. Algunas importantes firmas mineras están variando sus actividades hacia la oferta de servicios destinados a la IA. Considerando la actual demanda de estos últimos, se trata de un negocio atractivo en comparación con la minería digital.
Básicamente, si la centralización se acompaña de un cambio considerable en el modelo de negocios entre las grandes mineras, el asunto se presentaría más preocupante. Así, en el peor de los escenarios, se podría presentar un desplome gigantesco en el poder informático de la red de Bitcoin.
Otro aspecto importante de este contexto tiene que ver con el considerable incremento del costo minero por BTC. El desembolso promedio de una empresa para minar un BTC es cercano a $80.000 dólares. Esto último indica que una importante parte de las empresas están operando en pérdidas en estos momentos. Pese a que las mineras grandes pueden soportar por cierto tiempo esta situación, los pequeños y medianos lo tienen cuesta arriba.
Las empresas de minería de Bitcoin que soporten esta situación (las gigantes del sector) luego tendrán grandes beneficios por la caída de la dificultad. De momento, todas enfrentan una perspectiva compleja.