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El impacto del halving en la minería de Bitcoin: ¿Vale la pena minar?

source-logo  criptotendencia.com 21 Marzo 2024 13:46, UTC

La minería de Bitcoin se cuenta como uno de los negocios de mayor expansión y rentabilidad en todo el mundo. Las empresas que lo conforman no tardaron muchos años en consolidarse como titanes, con centro de minado en todos los rincones del planeta. Sin embargo, esta industria no es capaz de liberarse del impacto del halving.

El recorte automático del 50% de las recompensas que se produce en la red cada cuatro años (halving) es parte integrante de la minería digital. El mismo cuenta con cualidades que le permiten determinar algunas funciones del negocio minero, sobre todo en el largo plazo.

Pero el halving también genera efectos secundarios que bien se podrían calificar como negativos para el negocio. Uno de los más conocidos es que su lógica conduce a la centralización extrema de la actividad. En la medida en que se acrecientan los costos de entrada y mantenimiento, más mineros pequeños y medianos van quedando fuera de la ecuación.

La centralización, el mayor impacto del halving en la minería

La minería digital de Bitcoin se prepara para el impacto del cuarto halving de la red, el cual tendrá lugar el próximo mes de abril. El resultado más obvio de este recorte automático es la reducción del 50% de las recompensas de los mineros por cada bloque válido que procesen.

Con esto, la red pagará a los mineros la mitad de lo que ahora les entrega, es decir, de 6.25 BTC a 3.125 BTC. Para las empresas mineras, esto significa un tajo enorme para sus ingresos netos en caso de que el precio de Bitcoin no cambie. En ese sentido, deberán reducir lo más posible sus gastos operativos para mantenerse a flote. En palabras simples, solamente las empresas con grandes ingresos serán capaces de sobrevivir una sacudida de tales dimensiones.

Para muchas compañías medianas y pequeñas, el recorte significa la quiebra. De este modo, el recorte a la mitad de las recompensas es el mayor tema de atención de las compañías mineras desde hace meses. De hecho, las compras aceleradas de flotas completas de equipos son una constante. Poderosos grupos como Marathon, Riot o TeraWulf se quedan con casi todos los lotes de las fabricantes de ASIC.

La carrera despiadada por posicionarse ante el impacto del halving se convirtió en una lucha por la supervivencia al más crudo estilo darwiniano. En palabras simples, el halving viene a ajustar cuentas con los más débiles.

El tránsito de la minería hacia el oligopolio

Todo este espectro de las grandes empresas acumulando poder de hash y de las pequeñas y medias condenadas a la desaparición significa una cosa: concentración. Seguramente, las flotas de equipos de empresas pequeñas pasarán a las medianas en una suerte de que el pez grande se come al chico. La tendencia hacia el monopolio (más exactamente al oligopolio parece bien marcada).

Vale la pena mencionar que monopolio se refiere a una empresa o gran corporación que controla exclusivamente una industria completa. Mientras tanto, el oligopolio consiste en una situación en la que un pequeño número de grandes empresas controlan un sector determinado.

En cualquier caso, la industria minera parece condenada a la centralización por parte de la misma red que la creó, paradójicamente, para ser descentralizada. Un aspecto interesante a tener en cuenta es desde el punto de vista de las fabricantes de equipos. En esta rama también juega un pequeño grupo de empresas, en su mayoría chinas.

La producción de los equipos más poderosos y eficientes prácticamente está acaparada por las grandes firmas mineras. Estas últimas son las estadounidenses que cotizan en la bolsa de valores. Aunque fabricantes como Bitmain o Canaan puedan tener una cuota de mercado para empresas pequeñas, la misma no es comparable con los batchs acaparados por los grandes grupos mineros.

De este modo, el impacto del halving en la minería de Bitcoin empuja fuertemente hacia la centralización de la industria.

¿Lejos del sueño de Satoshi Nakamoto?

Cuando el misterioso Satoshi Nakamoto creó Bitcoin hace 15 años aproximadamente, su intención era totalmente democrática en cuanto a la minería digital. En consecuencia, la idea era que cada persona pudiera minar criptomonedas desde su computadora y utilizarlas para intercambiar bienes y servicios. Todo ello, vale mencionar, al margen del sistema financiero tradicional.

Pero las grandes empresas encontraron la manera de crear computadoras especializadas de gran poder de cómputo. El costo de esas computadoras solamente podía ser cubierto por personas con cierto poder adquisitivo. Ese era solo el comienzo para la pesadilla centralizadora y oligopólica en que se convirtió la minería digital.

Actualmente, ser minero requiere grandes inversiones como en cualquier industria tradicional. Así, solamente personas pertenecientes a una clase social pudiente y con influencias en esferas gubernamentales pueden ser mineros exitosos a largo plazo. Esto último es independiente al país al que pertenezcan. Las mismas cualidades del negocio minero le convirtieron en un gran consumidor de energía, lo que atrae a los gobiernos.

¿Estará presenciando todo esto Satoshi Nakamoto? Es difícil de decir. Sin embargo, lo que es cierto es que el impacto del halving servirá para consolidar una tendencia monopolizadora.

El aumento descomunal del hashrate es uno de los elementos resultantes de esta concentración oligopólica de la industria minera. Fuente: CoinWarz

No todo está mal

Pero esta realidad gris en líneas generales no es absoluta para toda la industria minera. También existen puntos positivos de esta experiencia. El más evidente es que el crecimiento monumental del poder de hash se traduce en seguridad para la red de Bitcoin.

Con el actual hashrate, unos 550 EH/s según CoinWarz, la blockchain de Bitcoin es prácticamente imposible de vulnerar. La cantidad de recursos que se necesitan para un ataque del 51% son tan grandes y sus recompensas tan bajas, que podría considerarse ridículo intentarlo.

Por otra parte, la aparición de gigantes mineros en la bolsa de valores de Estados Unidos, atraerá permanentemente millones en capitales institucionales. Esto último se traduce en mayor capitalización de mercado para Bitcoin a largo plazo. Con ello, cualquier inversor minorista que ponga unas cuantas monedas en BTC tiene un futuro asegurado de grandes retornos.

Esta otra cara de la moneda se convierte en el lado más positivo del impacto del halving en el negocio minero digital.

Ante la pregunta de si vale o no ser minero, la respuesta es simple: vale la pena si es que puedes llegar a serlo. Evidentemente, se puede ser minero pequeño o minar desde casa, pero ese esquema tiene un techo y a la larga el estancamiento significa quedarse obsoleto ante la creciente dificultad de la red.

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