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Estados Unidos está asistiendo a un aumento sin precedentes de la demanda de electricidad y de las emisiones de metano, impulsado por los crecientes sectores de las criptomonedas y la inteligencia artificial (IA).
El experto en energía Timothy Fox estima que solo en 2023, los centros de datos cruciales para alimentar estas industrias consumirán la asombrosa cifra de 25 a 95 teravatios-hora.
Las criptomonedas generan el 5% de las emisiones de metano
El aumento del consumo de energía está impulsando el consumo anual y las previsiones de picos de demanda a sus niveles más altos en más de una década. Esta situación plantea importantes preocupaciones medioambientales. A ello se suma el alarmante aumento de las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el volumen de metano liberado a la atmósfera superará los 120 millones de toneladas métricas en 2023. Esta es una cifra que la agencia considera inaceptablemente alta.
Estados Unidos, como principal emisor nacional de metano procedente de las operaciones de petróleo y gas, es uno de los principales contribuyentes.
Un estudio exhaustivo publicado en Nature reveló que las operaciones de petróleo y gas en seis regiones, incluidas Texas, California y Colorado, pueden liberar aproximadamente 6,2 millones de toneladas de metano al año. El estudio analizó más de un millón de mediciones aéreas de emisiones de metano.
Algunas de las mayores actividades de minería de criptomonedas están fuertemente concentradas en Texas. Atraídos por la mínima regulación de las criptomonedas y los menores costes energéticos, mineros de Bitcoin como Riot Platforms y Argo Blockchain se han establecido en Texas.
Además, Riot Platforms invirtió recientemente 333 millones de dólares en una instalación de minería de Bitcoin de 1 gigavatio en Corsicana, Texas.
Aparte de las emisiones de carbono, el aumento de las infraestructuras ha supuesto una carga financiera adicional para los residentes, al incrementar los precios locales de la electricidad.
Los residentes deben desembolsar unos 250 millones de dólares anuales por el aumento de las facturas de electricidad provocado por la demanda adicional.
¿Por qué es difícil la transición a las energías renovables?
Sin embargo, abordar estos retos exige un delicado equilibrio entre el avance de la innovación tecnológica y la garantía de la sostenibilidad medioambiental.
Timothy Fox, de Cleanview Energy, explica el dilema de mantener la estabilidad de las redes y, al mismo tiempo, adoptar una transición hacia las energías renovables:
“Las cuestiones que prevalecen hoy en día son cómo hacer la transición a recursos intermitentes y más limpios sin poner en riesgo la fiabilidad… hay que mantener en funcionamiento las centrales eléctricas convencionales para atender la creciente demanda. Es difícil reverdecer mientras se crece”.
Sin embargo, 2024 puede ser un año decisivo para la responsabilidad medioambiental en relación con las emisiones de metano. Tim Gould, economista, señala como punto de inflexión el inminente despliegue de nuevos satélites para mejorar la vigilancia de las fugas de metano.
Cabe destacar que MethaneSAT, respaldado por Google, de Alphabet Inc, y el Fondo de Defensa Medioambiental, entre otras iniciativas, también promete un mayor nivel de detalle.
Mientras tanto, el Departamento del Tesoro de EE.UU. ha propuesto un impuesto a la minería de criptomonedas sobre el consumo de electricidad. A partir de 2025, la propuesta sugiere una aplicación gradual de un impuesto de hasta el 30% a lo largo de tres años.
En última instancia, el impuesto tiene como objetivo mitigar el impacto ambiental al tiempo que exige una mayor transparencia en los informes de consumo de energía de estas empresas.
BeInCrypto se puso en contacto con Riot Blockchain para comentar sus futuros planes energéticos, pero no obtuvo respuesta al cierre de esta edición.