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Vecinos de un pueblo estadounidense se han visto forzados a abandonar sus casas por el ruido de un centro de minado. Se trata de unos residentes de Murphy (North Carolina), que se han quejado de lo molesto que es el sonido y el impacto en la red eléctrica.
Como el Niágara
Algunos vecinos se han marchado del pueblo. Otros se han quedado. El centro de minado de la compañía californiana PrimeBlock no ha dejado indiferente a ninguno de los 1600 habitantes de Murphy.
Mike Lugiewicz, uno de los vecinos que está pensando en marcharse ha declarado en una entrevista reciente:
“Esta mañana suena a unos 85 decibelios. Es como si estuvieras detrás de un avión que nunca termina de despegar o como si estuvieras en el Niágara y no pudieras huir del ruido porque tu casa se encuentra en mitad de las cataratas”.
Lugiewicz se ha quejado del impacto negativo que está teniendo el centro de minado en la red eléctrica. Asegura que la comunidad se ha quedado sin luz en Navidad, justo cuando las temperaturas bajaron hasta los tres grados.
Pero el centro ha seguido funcionando sin interrupción, incluso durante los apagones, destaca Lugiewicz:
“Mientras estábamos a oscuras, veía desde mi ventana el centro en funcionamiento. Es doloroso que las compañías eléctricas nos corten el suministro y dejen que los mineros sigan con su actividad”.
Lugiewicz es uno de tantos vecinos que se va a mudar, pero no todos pueden. Muchos miembros de la comunidad son mayores y no pueden dejar sus casa para irse a otro lugar. Espera que las autoridades tomen las medidas necesarias para acabar con el ruido y restablecer el bienestar de los habitantes de Murphy:
“Lucho por mis amigos y vecinos. Teníamos un vecino encima de la montaña y su casa parece que se va a desmoronar. El ruido es ensordecedor allá arriba”.