Turquía se está preparando para implementar un marco regulatorio más estricto en el ámbito de las criptomonedas, con nuevas medidas contra el lavado de dinero (AML) que entrarán en vigor el 25 de febrero de 2025.
Estas normativas buscan mitigar el uso de activos digitales en actividades ilícitas como el lavado de dinero y la financiación al terrorismo, marcando un cambio significativo en el entorno cripto de uno de los mercados más grandes a nivel global.
Puntos clave de las nuevas regulaciones
Entre las disposiciones más destacadas, se exige que las transacciones superiores a 15.000 liras turcas (aproximadamente $425) incluyan información de identificación personal de los usuarios. Los proveedores de servicios cripto estarán obligados a recopilar datos sobre los titulares de las billeteras involucradas en dichas transacciones. En caso de que no se proporcione la información necesaria, la transacción podría categorizarse como «de riesgo» e incluso ser suspendida.
Además, las plataformas tendrán el mandato de monitorear y registrar actividad de billeteras no registradas previamente. Si el remitente de una transacción no ofrece datos adecuados, los proveedores podrían limitar dichas operaciones o, en casos extremos, poner fin a relaciones comerciales con los usuarios involucrados.
Estas medidas también están en consonancia con tendencias globales que buscan fortalecer la seguridad en el sector cripto y alinearse con estándares internacionales de regulación financiera.
Un mercado cripto en crecimiento
Con Turquía posicionada como el cuarto mercado más grande de criptomonedas en el mundo, estas nuevas regulaciones tendrán repercusiones significativas. Según datos de septiembre de 2023, el volumen de operaciones en el país fue de aproximadamente $170 mil millones, superando a mercados importantes como Rusia y Canadá.
Este panorama ilustra el acelerado crecimiento de adopción de criptomonedas en Turquía, a pesar de que desde 2021 esté prohibido usar activos digitales como forma de pago.
La creciente demanda también se refleja en el aumento de solicitudes de registro de licencias por parte de empresas cripto, con 47 aplicaciones recibidas desde julio de 2024, tras la implementación de la «Ley sobre Enmiendas a la Ley de Mercados de Capital».
Comparación con regulaciones globales
El enfoque regulatorio de Turquía sigue la línea de marcos implementados en otras jurisdicciones, como el proyecto de ley MiCA (Mercados en Criptoactivos) en la Unión Europea. MiCA tiene previsto aplicar regulaciones más estrictas a partir de diciembre de 2024, lo cual demuestra un esfuerzo global para establecer mayores controles y estándares en la industria.
Además, el gobierno turco está evaluando incorporar un impuesto de transacción mínima de 0,03% sobre las ganancias generadas en criptomonedas. Si bien esta medida aún no está en vigor, podría implementarse como un recurso adicional para aumentar los ingresos fiscales.
Implicaciones para el futuro
La nueva normativa subraya un enfoque más estricto y estructurado en la industria de criptomonedas en Turquía. Esto podría tener varios efectos, desde mejorar la confianza de los inversores internacionales hasta garantizar un ecosistema más seguro para los usuarios nacionales.
Sin embargo, también podría presentar desafíos para las plataformas que operan en el país, al requerirles mayores recursos dedicados al cumplimiento normativo.
En última instancia, Turquía busca equilibrar el crecimiento de su próspero mercado cripto con la necesidad de transparencia y regulación. A medida que se acerca 2025, será clave observar cómo estas políticas afectan tanto los volúmenes de comercio como la percepción de los usuarios frente a estas medidas.
Para la comunidad global de criptomonedas, Turquía podría servir como ejemplo de cómo regular un mercado que sigue creciendo rápidamente sin sofocar la innovación.