Gary Gensler, quien asumió el mando de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) en abril de 2021, ha sido una de las figuras más polarizadoras en la regulación financiera de los últimos años. Su mandato ha estado marcado por reformas audaces, debates feroces y un enfoque implacable en las criptomonedas. Si bien ha recibido elogios por sus esfuerzos por modernizar los mercados financieros y proteger a los inversores, su enfoque para regular el sector criptográfico ha generado duras críticas. Esto se produce en medio de recientes especulaciones sobre su renuncia.
Un legado de modernización de la regulación financiera
Desde el principio, Gensler se propuso introducir cambios radicales en la SEC, centrándose en la transparencia, la eficiencia y la protección de los inversores. Entre sus logros más notables se encuentran las reformas destinadas a mejorar los requisitos de divulgación. Bajo su liderazgo, la SEC introdujo normas que obligaban a divulgar información sobre violaciones de datos, remuneración de ejecutivos y propiedad de participaciones significativas en empresas. Estas medidas se diseñaron para proporcionar a los inversores una mayor comprensión de las prácticas corporativas y fortalecer la rendición de cuentas.
También encabezó cambios en la infraestructura del mercado, acortando los ciclos de liquidación de acciones de dos días a uno y permitiendo que las acciones se cotizaran en incrementos inferiores a un centavo. Estas reformas reflejaban su compromiso con la modernización de los sistemas financieros y la mejora de la eficiencia operativa. Sin embargo, no todas las iniciativas de Gensler fueron recibidas con los brazos abiertos. Su norma sobre la divulgación de información sobre el cambio climático, que tenía como objetivo mejorar la transparencia sobre los riesgos ambientales, se convirtió en un pararrayos para los desafíos legales, lo que puso de relieve las complejidades políticas de abordar cuestiones relacionadas con el clima en el sector financiero.
A pesar de estas reformas, son las acciones de Gensler en el espacio de las criptomonedas las que han definido gran parte de su mandato. Su enfoque de línea dura para regular los activos digitales ha provocado un intenso debate, con críticos que lo acusan de sofocar la innovación y excederse en la autoridad de la SEC.
Una postura controvertida sobre las criptomonedas
El mandato de Gensler coincidió con un período de crecimiento explosivo y mayor escrutinio en la industria de las criptomonedas. Con frecuencia afirmó que, si bien Bitcoin no era un valor, la mayoría de las demás criptomonedas estaban bajo el ámbito de competencia de la SEC. Esta interpretación sirvió de base para numerosas acciones coercitivas contra destacadas empresas de cifrado, incluidas Ripple Labs, Coinbase y Binance.
Ripple Labs, uno de los casos más destacados de la industria, recibió una multa de 125 millones de dólares por violar las leyes federales de valores. Aunque un juez federal dictaminó que XRP negociado en bolsas no calificaba como un valor, Gensler sostuvo que las ventas institucionales de XRP eran transacciones de valores. Su enfoque subrayó su filosofía más amplia de que la mayoría de los activos digitales deben tratarse como valores, requiriendo registro y cumplimiento de las regulaciones de la SEC.
Bajo el liderazgo de Gensler, la SEC impuso multas récord a las entidades de criptomonedas, por un total de 4.680 millones de dólares sólo en 2024. Esta agresiva agenda de aplicación de la ley envió un mensaje claro a la industria, pero también alimentó los temores de que Estados Unidos se estuviera convirtiendo en un entorno inhóspito para la criptoinnovación. Los críticos argumentaron que las acciones de la SEC carecían de claridad y coherencia, lo que dejaba a las empresas inseguras sobre cómo cumplir con los requisitos reglamentarios.
El debate SAB 121
Una de las políticas más divisivas introducidas durante el mandato de Gensler fue el Boletín de Contabilidad del Personal (SAB) 121. Esta regla requería que las empresas que poseían activos de criptomonedas los declararan como pasivos en sus balances. Gensler defendió la medida como una salvaguardia necesaria contra la inestabilidad financiera, citando los sonados colapsos de FTX, Terraform Labs y Celsius como evidencia de la necesidad de una supervisión más estricta.
Sin embargo, la regla enfrentó una reacción significativa por parte de los legisladores y la industria de la criptografía. Los críticos argumentaron que el SAB 121 afectaba desproporcionadamente a las empresas más pequeñas y favorecía a las instituciones financieras establecidas como BNY Mellon, que recibieron exenciones para ofrecer servicios de custodia de criptomonedas. La regla fue vista como contradictoria con el espíritu descentralizado de las criptomonedas, reforzando el control centralizado y creando barreras de entrada para los jugadores más pequeños.
El debate sobre el SAB 121 destacó la tensión más amplia entre la supervisión regulatoria y la innovación. Si bien Gensler veía la norma como una herramienta para gestionar el riesgo sistémico, sus oponentes la veían como un freno al potencial de crecimiento de la industria.
Acciones de ejecución y casos de alto perfil
A lo largo de su mandato, Gensler enfatizó la aplicación de la ley como piedra angular de su estrategia regulatoria. La SEC inició numerosos casos contra esquemas fraudulentos y ofertas de valores no registrados en el sector criptográfico. Uno de esos casos involucró a la empresa blockchain Rivetz, que enfrentó acusaciones de vender valores no registrados durante su oferta inicial de monedas de 18 millones de dólares. La SEC obtuvo un juicio sumario contra Rivetz, lo que demuestra el compromiso de Gensler de responsabilizar a las empresas.
Otro caso notable involucró a los hermanos Jonathan y Tanner Adam, quienes fueron acusados de operar un esquema Ponzi de 60 millones de dólares. La SEC alegó que los hermanos malversaron fondos de inversionistas para lujos personales, incluido un condominio multimillonario en Miami. Estas acciones subrayaron el papel de la SEC en la protección de los inversores de actividades fraudulentas, pero también plantearon dudas sobre el enfoque de la agencia para regular a los actores legítimos de la industria.
Críticas y llamados al cambio
El liderazgo de Gensler enfrentó importantes críticas por parte de legisladores, líderes de la industria e incluso de sus colegas. El congresista Tom Emmer acusó a Gensler de acuñar el término «seguridad de criptoactivos» para justificar una represión demasiado agresiva contra la industria. Emmer también señaló inconsistencias en la aplicación de la ley por parte de la SEC, como la fallida demanda de Debt Box, que le costó a la agencia 1,8 millones de dólares en honorarios legales.
Los líderes de la industria, incluido el inversionista multimillonario Mark Cuban, criticaron a Gensler por crear un ambiente de incertidumbre regulatoria. Los críticos argumentaron que sus acciones impulsaron la innovación en el extranjero, y que las empresas de cifrado se trasladaron cada vez más a jurisdicciones con marcos regulatorios más claros y favorables. Este sentimiento fue compartido por candidatos presidenciales como Donald Trump, quien prometió destituir a Gensler si era elegido.
Snap | Fuente: X (Anteriormente Twitter)
Las políticas de Gensler también se han convertido en un punto álgido en debates más amplios sobre el papel de la regulación en el fomento de la innovación. Mientras que los defensores argumentan que es necesaria una supervisión sólida para proteger a los inversores y garantizar la integridad del mercado, los opositores sostienen que una regulación excesiva sofoca el crecimiento y ahuyenta el talento.
A medida que aumentan las especulaciones sobre la renuncia de Gensler, su legado sigue siendo tema de intenso debate. Por un lado, su mandato trajo importantes reformas a los mercados financieros tradicionales, mejorando la transparencia y la rendición de cuentas. Por otro lado, su enfoque de la regulación de las criptomonedas ha dejado un rastro de controversia, y los críticos lo acusan de socavar la innovación y extralimitarse en la autoridad de la SEC.
Que las políticas de Gensler se consideren salvaguardias proféticas o impedimentos extralimitados dependerá de la trayectoria de la industria de la criptografía y su relación con los reguladores. Si dimite, su sucesor enfrentará la difícil tarea de equilibrar la protección de los inversores con la necesidad de fomentar la innovación en un panorama financiero cada vez más digital y descentralizado.
El mandato de Gensler en la SEC ha sido nada menos que transformador y ha dejado una marca indeleble en la intersección de las finanzas y la tecnología. Para bien o para mal, ha remodelado el marco regulatorio de las criptomonedas, sentando las bases para debates en curso sobre el futuro de esta industria dinámica y disruptiva.