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Yao Qian, reconocido exlíder del sector blockchain en China y primer director del Instituto de Moneda Digital del Banco Central del país, ha sido expulsado del Partido Comunista de China y destituido de su cargo público. Las autoridades lo acusan de presunta corrupción, con vínculos a transacciones ilícitas relacionadas con criptomonedas.
Acusaciones y consecuencias
Según un comunicado emitido por las autoridades anticorrupción de China, Yao violó gravemente las leyes y la disciplina del Partido. Se le acusa de haber abusado de su poder regulatorio para beneficiar a ciertos proveedores tecnológicos a cambio de ganancias personales, además de participar en operaciones financieras con criptomonedas en un esquema de intercambio de poder por dinero.
El informe detalla que Yao habría aceptado ilegalmente una cantidad «extraordinariamente grande» de fondos y activos, aunque no se especifica el monto exacto. Su caso ha sido transferido a las autoridades judiciales para una investigación más profunda y posible procesamiento penal.
Trayectoria de Yao Qian
Nacido en 1970, Yao fue una figura influyente en el desarrollo del yuan digital y lideró el Instituto de Moneda Digital del Banco Central desde su fundación en 2017 hasta 2018.
Posteriormente, ocupó un cargo de regulación tecnológica en la Comisión Reguladora de Valores de China. Durante su carrera, también destacó como autor y promotor de tecnologías Web 3.0, incluyendo DAO, DeFi y NFTs, temas que abordó en un libro publicado en 2022.
En abril de este año, Yao publicó un artículo de opinión en el medio financiero Caixin titulado «Aumentan las advertencias sobre los novedosos ETFs de Bitcoin que arrasan en EE.UU.», mostrando su continuo interés por el sector de activos digitales.
Contexto en China
Este caso subraya la postura estricta de China hacia las criptomonedas y las transacciones relacionadas. Aunque el país ha prohibido el comercio y la minería de criptomonedas, sigue desarrollando y promoviendo su moneda digital centralizada, el yuan digital.
La expulsión de Yao Qian pone de manifiesto los riesgos de corrupción en sectores emergentes como la blockchain, donde el equilibrio entre innovación y regulación sigue siendo un desafío global.