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En su presentación durante el ETH DAY de Devconnect ARG, Vitalik Buterin abrió con una comparación contundente: FTX representa exactamente lo contrario de lo que Ethereum busca construir. Recordó que los usuarios depositaron enormes cantidades de dinero en un sistema completamente opaco, sin ninguna forma de verificar la solvencia del exchange.
Según Vitalik, esto no fue un accidente técnico, sino la consecuencia directa de un modelo basado en confianza ciega. Y remarcó que, si uno toma los principios de Ethereum y los rota «180 grados», el resultado es precisamente un caso como FTX.
De «don’t be evil» a «can’t be evil»: la diferencia que cambia todo
Vitalik citó el lema original de Google, «don’t be evil», para ilustrar una idea clave: depender de la buena voluntad de una institución no es suficiente. Mencionó que, con el tiempo, incluso Google abandonó esa promesa.
Ethereum, en cambio, está construido bajo un principio completamente distinto: un sistema donde nadie pueda hacer daño, aunque quisiera. Esto se logra mediante verificabilidad, transparencia y reglas automáticas que no dependen de decisiones humanas ni de autoridad centralizada.
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Una comunidad, no una empresa
Otro punto central fue la diferencia estructural entre una empresa y una comunidad. Vitalik la explicó de manera simple: «Una empresa opera como un modelo hub-and-spoke, con un centro que produce y usuarios que solo consumen; en cambio, una comunidad funciona como una red distribuida en la que miles de personas crean simultáneamente sin depender de un punto central».
Dijo que algunos modelos, como el de e-Estonia, funcionan bien como proveedores de servicios, pero no como comunidades. Ethereum, por el contrario, es abierto no solo para usar, sino también para construir. Ese carácter colaborativo -lo que describió como «apertura total en todas las capas» es parte esencial de su identidad.
Neutralidad creíble: Ethereum no toma bandos
Vitalik también subrayó que Ethereum no existe para favorecer a empresas, gobiernos o superpotencias. Su objetivo es mantenerse neutral, global y resistente a la censura.
Usó la expresión «credibly neutral» para describir esta postura, destacando que la red debe funcionar como infraestructura para todos, sin preferencias ni dependencias políticas.
La razón profunda: eliminar la necesidad de confiar en personas
El cierre conceptual fue claro: los sistemas centralizados requieren confianza; Ethereum elimina esa necesidad. Ahí radica su propósito. Y por eso la comparación con FTX resulta tan potente: es el recordatorio de por qué Ethereum fue diseñado de la forma en que fue diseñado.
Vitalik no mencionó otros casos ni hizo juicios personales más allá de lo necesario. Su argumento fue estructural: mientras existan sistemas basados en confianza unilateral, los riesgos seguirán. Ethereum propone otro camino: uno donde la verificación reemplaza a la fe, y donde el próximo caso FTX se vuelve matemáticamente imposible.