Vitalik Buterin, co-fundador de la red Ethereum (ETH), opinó durante una entrevista sobre las futuras sociedades digitales y manifestó que en el futuro los nodos de Ethereum podrían correr en el planeta Marte. Ello gracias a una red independiente de segunda capa (L2) de Ethereum.
El desarrollador ruso-estadounidense, al responder si sería posible en el futuro correr nodos de Ethereum en el planeta rojo, comenzó su explicación detallando que el problema a solucionar es la transmisión de señales interplanetarias.
Según Vitalik, 400 millones de kilómetros separan los puntos más lejanos de la Tierra y Marte. La distancia supone una tardanza en el envío de esas señales de “hasta 20 minutos”, viajando a la velocidad de la luz. Para una red que necesita que los nodos se sincronicen rápidamente para validar bloques y alcanzar consenso, esta latencia es prohibitiva.
En cuanto a esta demora, el co-fundador de Ethereum expresó en el reportaje que se transmitió por YouTube, que, dadas esas condiciones, correr nodos de esta red en Marte no sería un procedimiento beneficioso.
“Esto dificultaría la aceptación de los bloques de Marte, o incluso podrían no competir en absoluto. Desde una perspectiva económica y de eficiencia, ejecutar nodos de blockchain interplanetarios bajo la arquitectura actual es inviable”.
Vitalik Buterin, co-fundador de Ethereum.
Seguidamente, Buterin enfatizó que una alternativa viable sería desplegar una solución de Capa 2 independiente en Marte, configurada para operar en un entorno interplanetario.
“Esta red de Capa 2 podría confirmar rápidamente las transacciones en Marte y luego sincronizarse por lotes con la red principal de Ethereum en la Tierra en los momentos adecuados. Esto reduciría en gran medida la necesidad de comunicación en tiempo real y permitiría que Marte y la Tierra tuvieran sus propios ritmos de red”.
Vitalik Buterin, co-fundador de Ethereum.
Así, una L2 independiente en Marte podría procesar localmente las transacciones de la población que estuviera viviendo allí, y solo interactuar con la L1 de Ethereum en la Tierra cuando sea absolutamente necesario, minimizando el impacto de la latencia.
Sumado a ello, una L2 en Marte actuaría como una red autónoma que mantiene su propia validación y consenso sin depender de la sincronización constante con la red Ethereum en la Tierra.
Esta independencia le permitiría operar sin los problemas de latencia y al mismo tiempo beneficiarse de la seguridad de Ethereum cuando se realiza una «actualización» o «sincronización» periódica con la red principal en la Tierra.
Adicionalmente, que existan nodos de Ethereum en Marte podría beneficiar a la red en términos de descentralización, salvaguardando las copias de los datos históricos de la red en nodos lejanos.
Una red de criptomonedas L2 se considera independiente cuando puede operar de manera autónoma respecto a la red principal (L1) sobre la que está construida.
Esto significa que, aunque utiliza la infraestructura de la red principal para garantizar la seguridad y la validez de las transacciones, la red de segunda capa independiente tiene su propio mecanismo de consenso, nodos de validación y parámetros de operación.
Por ejemplo, las sidechains (cadenas laterales) son un tipo de red de segunda capa que funcionan de manera independiente. Tienen su propio algoritmo de consenso y pueden procesar transacciones fuera de la cadena principal, lo que mejora la escalabilidad.
Resistencia a la censura en un entorno interplanetario
Al mismo tiempo, Vitalik Buterin expuso que la resistencia a la censura presentaría un desafío aún más complejo en un contexto en el que se comuniquen nodos de Ethereum desde un planeta hacia otro.
Lo que Vitalik Buterin plantea es una visión futurista de cómo podría funcionar la descentralización de Ethereum si la humanidad llegara a tener colonias o estaciones en distintos planetas, como Marte.
La resistencia a la censura en una red de criptomonedas, entonces, se refiere a la capacidad de la red para operar sin que ninguna entidad centralizada, como un gobierno, banco o corporación, pueda interferir, bloquear o controlar las transacciones.
Hoy en día, la resistencia a la censura en redes descentralizadas se asegura mediante una amplia distribución de nodos en la Tierra. Cuantos más nodos existen y más distribuidos están, más difícil es para una sola entidad (como un gobierno o corporación) censurar transacciones o controlar la red.
Pero en un contexto interestelar, la resistencia a la censura se complicaría porque habría más entidades que podrían controlar secciones aisladas de la red, dada la gran distancia y la latencia que existiría entre los nodos en la Tierra y, por ejemplo, Marte.
Para enfrentar este problema, Vitalik Buterin sugiere que sería necesario que las redes estén divididas y conectadas a través de múltiples nodos en diferentes ubicaciones, como estaciones espaciales o en distintos planetas.
Esta estructura permitiría que, incluso si una región planetaria (como Marte) intentara controlar su porción de la red, todavía existirían otras partes de la red (como nodos en la Tierra o en estaciones espaciales) que podrían intervenir y mantener su integridad.
Si Marte tuviera su propia L2 independiente, podría mantener su integridad y resistencia a la censura sin depender de los nodos en la Tierra.
Necesidad de protocolos nuevos para la conexión interestelar
El desarrollador sugirió que se deberán desarrollar protocolos “completamente nuevos” para que eso fuera posible.
La gigantesca distancia entre planetas (por ejemplo, la distancia entre Marte y la Tierra) implica un retardo significativo en las comunicaciones. Este retardo podría hacer que algunos de los protocolos de consenso actuales, que dependen de la comunicación rápida entre nodos, no sean funcionales.
Por ello, sería necesario desarrollar nuevos protocolos de consenso y sincronización que puedan operar con latencias muy altas, permitiendo que las transacciones y la seguridad de la red sigan siendo efectivas incluso cuando los nodos estén a millones de kilómetros de distancia.
En definitiva, aunque la humanidad aún no pareciera estar ni cerca de habitar otros planetas, las ideas de Vitalik Buterin nos muestran una visión audaz y a futuro sobre cómo la tecnología con criptomonedas podría expandirse más allá de los límites terrestres.
Así, Ethereum u otros proyectos descentralizados de criptomonedas podrían ser piezas clave en la construcción de una red que podría acompañar el avance de la humanidad, incluso en la exploración del universo.