¿Por qué nadie quiere arreglar la cartelización del staking de Ethereum? Esta es la pregunta que se hacen las personas comunes que creyeron en el discurso de la descentralización de Ethereum y que llevan tiempo trabajando y construyendo alrededor de esta blockchain. En la actualidad, el 83% de todo el stake de Ethereum está en manos de exchanges, servicios de staking y validación privados. El problema no es nuevo. Un buen ejemplo podemos verlo en LIDO, un conocido servicios de staking descentralizado.
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Esta plataforma supone una gran preocupación para la comunidad, al ver como este protocolo va acumulando el stake de cientos de miles de personas. Un stake que ha servido al protocolo para nuevos validadores en la red Ethereum, consolidándose como el controlador de nodos de Ethereum más grande del ecosistema. LIDO tiene en su poder más de 7 millones de ETH, lo que permite a sus creadores controlar más del 34% de todo el poder de stake de Ethereum. La cuestión parece tener difícil solución, ya que que el número sigue aumentando y no parece que vaya a cambiar dicha tendencia.
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Staking Ethereum
Además, la mayor parte del poder del staking de la red se encuentra en manos de actores centralizados. El 83% de todo el stake de Ethereum reside en exchanges, servicios de staking y validación privados: Rocket Pool y LIDO. En teoría, Lido es una plataforma descentralizada, pero la compañía arrastra una serie de problemas de gobernanza, ubicación de nodos y protección del protocolo que ya han sido denunciadas por la comunidad. LIDO hace promesas de cambio, pero no cumple con ellas.
Un staking muy complejo
Los desarrolladores de Ethereum tienen mucho que ver con este problema. Cuando se liberó el contrato de staking para Ethereum 2.0 y se dispusieron las herramientas para unirse al Beacon Chain, se subtayaron las dificultades para la realización de staking de manera personal. El proceso entrañaba riesgos y resultaba demasiado técnico y complejo.
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La complejidad es enemiga acérrima de la adopción masiva. Un ejemplo es la adopción del stake de Ethereum, dirigido en su mayoría a plataformas de staking que “facilitan” todo el proceso con un par de clics. En las Condiciones y Términos de Uso de LIDO están descritos los riesgos de este tipo de plataformas. Más o menos, es como vender nuestro stake a sus contratos legales.
Los desarrolladores de Ethereum diseñaron la plataforma sin tener en cuenta uno de los principios básicos de la descentralización: la accesibilidad de uso no sólo técnicamente, también económicamente. Pocos usuarios comunes pueden permitirse colocar 32 ETH en un nodo de validación y esperar a recibir recompensas por ello.
Solo para adinerados
Activar un nodo de Ethereum para validación cuesta actualmente más de 60.000 dólares. Una cantidad muy superior a la que un minero de ETH podría haber gastado en un buen rig de minería para esta criptomoneda, incluso con los precios actuales de las GPUs. En Bitcoin, un minero para una persona puede costar menos de 9.000 $ (AntMiner S19 de 257 Th/s) y un minero de Monero podría costar lo que un PC potente: menos de 2.000 $.
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El diseño de esta estructura de participación es responsabilidad de los desarrolladores de Ethereum. Se olvidaron de lo más importante: cuidar la descentralización de la red. Fomentar la adopción ayuda a mantener la seguridad de la red y evita que la centralización haga metástasis en su organización. Algo que ya está ocurriendo en toda la estructura de Ethereum y redes afines, como Polygon.
Qué pasa con LIDO
La plataforma donde más se observan todos estos riesgos es LIDO. A muchas personas les preocupa que el dominio de LIDO pueda centralizar la red de Ethereum. La caída de LIDO por un hackeo o cualquier otro problema derivado, podría llevarse consigo una cantidad significativa de ETH y poner en peligro la red de Ethereum. LIDO se muestra como una plataforma descentralizada de staking con una gobernanza y DAO. Si bien esto es cierto, ya que funciona mediante smart contracts, la realidad es mucho más compleja y preocupante. LIDO tiene un grave problema de geoubicación de sus nodos, un asunto que ellos mismos reconocen y que les expone a las regulaciones de los países en los que prestan servicios.
Una gobernanza desigual
La gobernanza también es otro grave problema en LIDO. Sobre todo, en el caso de la delegación para votar y tomar decisiones dentro del protocolo. Su conjunto de delegados es limitado y una enorme cantidad de poder de voto no se delega desde los stakers de tokens LDO hacia estos representantes. Si bien, la delegación conlleva a una centralización, LIDO puede establecer límites y parámetros de poder para promover la existencia de más entidades de votación, pero esto es un trabajo que aún no se ha realizado del todo.
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Otro punto de atención en LIDO es su seguridad. Sus smarts contracts no tienen validaciones formales de seguridad (que es distinto a las auditorias de seguridad, una medida que LIDO ejecuta de forma excelente). Esto significa que pueden existir riesgos de seguridad ocultos dentro de sus smart contracts, con el peligroso impacto que esto puede suponer. Basta con que un atacante observe una vulnerabilidad, para que pueda usarla en contra de LIDO y en función del fallo explotado puede causar poco o mucho daño al protocolo.
De este y otros detalle de seguridad existe más información en la web de LIDO, donde se habla de muchos de estos asuntos y se indica el estado de los mismos dentro del protocolo. Esto es solo una muestra del problema, pero también es un paso positivo, ya que nos coloca en situación para aceptar los riesgos de la centralización y cartelización de los servicios de staking.
La centralización de LIDO y la OFAC
Los resultados de la centralización en LIDO y el resto de servicios de staking quedan reflejados claramente en el cumplimiento de las transacciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC). En MEV Wacth, podemos observar el leaderboard de los protocolos y plataformas que más censuran operaciones siguiendo los lineamientos de la OFAC. LIDO aparece en el primer lugar del listado.
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De hecho, el leaderboard está enteramente tomado por los servicios de staking de Ethereum, incluyendo Rocket Pool, lo que refleja exactamente la centralización de este tipo de servicios y los riesgos que conllevan.
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Sin embargo, la dinámica de staking en Ethereum parece inamovible. Mientras crear un nodo de validación propio sea tan costoso y complejo para la mayoría de las personas (no todos somos expertos en informática o criptografía), el problema de la cartelización del staking seguirá. Con ello, los riesgos de seguridad y la censura seguirán siendo una constante dentro de Ethereum. Con el riesgo añadido de que aumenten a medida que la regulación cripto llegue a más países en todo el mundo.