La aparición holográfica de Gavin Wood en Sub0 Simbiosys fue más que un recurso tecnológico. Funcionó como un símbolo perfecto para introducir su mensaje más profundo: la humanidad vive en plena era de la información, pero opera sobre un Internet diseñado con lógica industrial.
Un Internet construido sobre estructuras de poder heredadas, intermediarios obligatorios y modelos centralizados que contradicen la promesa original de la Web3.
Según Wood, Polkadot no es solo una blockchain. Es uno de los primeros signos reales de que la tecnología comenzó a alinearse con las necesidades sociales del presente. Y la «Segunda Era» que anunció no se trata de una actualización técnica, sino de una actualización civilizatoria.
El diagnóstico central: herramientas digitales nuevas, estructuras viejas
Wood repasó ideas presentes en textos como «The Sovereign Individual» y diversas obras de filosofía socio-política que anticiparon un internet descentralizado, libre y orientado a la autonomía individual. Pero la realidad tomó otro camino. En lugar de liberar a las personas, el Internet terminó replicando la dinámica industrial: plataformas gigantes, arbitraje centralizado, vigilancia, opacidad y dependencia de intermediarios.
Para Wood, esto ocurrió porque la infraestructura técnica nunca estuvo lista para soportar sistemas libres, escalables y seguros para millones de personas. Por eso la Web2 terminó tomando el control del comportamiento digital: era lo único que funcionaba.
Esa brecha entre lo que la sociedad necesita y lo que la tecnología ofrecía es lo que Polkadot busca cerrar ahora.
La Segunda Era: de infraestructura a diseño social
La primera década de Polkadot se centró en resolver los cimientos. Parachains, seguridad compartida, un entorno multichain avanzado y JAM como evolución técnica son parte de ese recorrido. Pero Wood dejó claro que esa etapa está concluida. La tecnología base funciona. Ahora comienza otra.
La Segunda Era implica un cambio de enfoque:
- De protocolo → a plataforma
- De plataforma → a productos
- De productos → a sociedad
Es el paso en el que Polkadot ya no se define solo por su arquitectura, sino por su capacidad de convertirse en una infraestructura social: un conjunto de herramientas diseñadas para millones de personas, no solo para desarrolladores.
La visión de Wood: la «sociedad agéntica»
En este nuevo marco conceptual aparece uno de los términos más potentes de la charla: la «agentic society» o sociedad agéntica. Wood afirma que el Internet actual no permite que las personas actúen como agentes plenos. Dependen de cuentas gestionadas por empresas, de sistemas de identificación frágiles y de procesos heredados del mundo industrial.
La Segunda Era de Polkadot apunta a reemplazar ese modelo con un entorno donde:
- Las personas actúan directamente, sin intermediarios.
- La identidad digital no requiere vigilancia ni documentación forzada.
- Las decisiones y coordinaciones se realizan entre individuos soberanos.
- La infraestructura respalda la autonomía en lugar de limitarla.
Es un diseño social aplicado a tecnología, no tecnología aplicada a sociedad.
La presencia importa menos que la intención
Que Wood hablara desde las afueras de Cascais mediante una cabina holográfica no fue casualidad: fue coherente con su tesis. La presencia física ya no es relevante. Lo que importa es la intención de actuar en el entorno digital y la capacidad de hacerlo sin obstáculos impuestos por modelos obsoletos.
En ese sentido, Polkadot busca ser más que una red: quiere convertirse en la infraestructura estructural de esta nueva etapa de la humanidad conectada.
Sub0 Simbiosys mostró que la Segunda Era no es un cambio técnico. Es un cambio de mentalidad. Wood no presentó un roadmap: presentó una visión cultural, política y tecnológica sobre cómo debería funcionar el Internet de los próximos 20 años.
La pregunta ya no es cómo se actualiza Polkadot, sino cómo se actualiza la sociedad a través de él.
criptotendencia.com