La Inteligencia Artificial (IA) está transformando industrias, pero con su crecimiento surgen preocupaciones. Los deepfakes y las falsificaciones impulsadas por la IA en las plataformas de redes sociales están llevando a la desinformación y al robo de identidad. En medio de este panorama, surge Worldcoin con una propuesta audaz: utilizar orbes para el escaneo ocular y proporcionar una identificación digital. Detrás de Worldcoin se encuentra una empresa llamada Tools for Humanity (TFH), fundada entre otros por Sam Altman, CEO de OpenAI.
Efectivamente, Worldcoin, tiene como objetivo crear, por un lado, una solución que permita verificar que cada usuario es una persona real y única, y no un bot de Inteligencia Artificial. Por el otro, establecer una red global que garantice la inclusión financiera digital a sus participantes. Con sus desafíos y metas ambiciosas, este proyecto sostiene el potencial de revolucionar la era de la Web3 y la economía global.
Según describen en su página Web: «El objetivo de Worldcoin es proporcionar acceso universal a la economía global independientemente de tu país u origen y establecer un lugar para que todos nos beneficiemos en la era de la IA».
Por ello, Worldcoin apunta a que su objetivo es escanear los más de 8 mil millones de ojos alrededor del mundo para así poder diferenciar a los verdaderos humanos que hacen vida en el mundo digital.
A su vez, en el whitepaper de Worldcoin, se plantea que este proyecto no solo será un sistema de identificación, sino también un programa para la subsistencia humana en la era de la Inteligencia Artificial.
Worldcoin: ¿El futuro de la identidad digital protegida?
Realmente, el objetivo principal de Worldcoin es diferenciar entre usuarios humanos e Inteligencia Artificial en línea. ¿La solución? Una identidad digital única llamada World ID. Para lograr esto, las personas deben escanear su iris utilizando un dispositivo llamado Orb. Este escaneo asegura la autenticidad de cada participante y garantiza un solo registro por persona.
El Orb utiliza las características únicas del iris de cada individuo para crear un código especializado, que luego se almacena en la Blockchain descentralizada de Worldcoin. Este proceso garantiza el anonimato de los datos, lo que hace casi imposible rastrearlos hasta el individuo.
Worldcoin propone, así, un enfoque innovador y una visión cautivadora del futuro de la identidad digital. Es innegable que este concepto biométrico de identificación es interesante, pero al mismo tiempo plantea nuevas cuestiones y preocupaciones sobre privacidad y seguridad que todavía necesitan ser exploradas y discutidas a fondo.
De hecho, la creciente preocupación alrededor de las tácticas de Worldcoin para captar nuevos usuarios ha desatado investigaciones contra la empresa en varios países del mundo. Por ejemplo, Kenia, Portugal, India, Francia y España prohibieron el escaneo de iris a sus ciudadanos, mientras que Corea del Sur, Alemania, Reino Unido, Argentina y Hong Kong hacen sus averiguaciones.
Por cierto, Worldcoin es consciente de estas preocupaciones y ha ofrecido una serie de garantías en relación con la manera en que maneja la data biométrica. El esquema de Worldcoin propone borrar los datos biométricos después de su uso y de ya haber generado el código de identidad único correspondiente a cada usuario. Solo el código se guarda en la Blockchain, mientras que las características del iris son descartadas.
A manera de cierre, la presentación de Worldcoin ha agitado sin duda a la cripto comunidad. Mientras algunos lo ven como un paso revolucionario hacia un futuro digital seguro, otros lo ven como una amenaza potencial para la privacidad individual. Solo el tiempo dirá si Worldcoin se convierte en un referente de identidad digital o en una historia ejemplar de exceso tecnológico.
Me retiro con esta frase de John Doe: «Worldcoin emerge como una prometedora fusión de tecnología y autenticidad en la era digital, desafiando los cimientos de nuestra concepción de identidad ¿Nos llevará hacia una sociedad más segura y transparente, o nos sumergirá en una era de vigilancia omnipresente? Solo el tiempo revelará el veredicto de esta intrigante innovación».