Las subidas de alrededor del 2% en la sesión de este lunes en el bitcoin acercan a la criptomoneda a cotizar cerca de los 90.000 dólares, un nivel clave que ha superado en varias ocasiones durante diciembre, pero por encima del que no logra mantenerse.
La mayor criptodivisa del mundo se ve respaldada por la fortaleza en los mercados financieros, ya que los inversores siguen descontando las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) recortará aún más los tipos de interés en 2026.
Cabe recordar que la Fed pronostica un solo recorte en el nuevo año, mientras que el mercado descuenta entre dos y tres bajadas de 25 puntos básicos. A este respecto, se espera que Donald Trump nombre al sustituto de Jerome Powell, cuyo mandato como presidente de la Fed expira en mayo, en los próximos días. El mercado prevé que Trump elija a alguien afín a sus ideas y que ejecute sucesivas bajadas de las tasas oficiales. Stephen Miran, gobernador de la Fed nombrado a dedo por Trump, ha señalado que los tipos de interés todavía tienen margen para bajar y que deberían hacerlo, ya que EEUU corre el riesgo de entrar en recesión si no sucede.
Hay que señalar que las expectativas de tipos de interés más bajas tienden a respaldar los activos de riesgo, incluidas las criptomonedas, al reducir el atractivo de las inversiones en efectivo y renta fija y alentar los flujos hacia alternativas de mayor rendimiento.
Además, todo ello, mientras el oro y la plata marcan sucesivos récords. El oro ha subido más de un 70% este año, mientras que, la plata, ha repuntado alrededor de un 150%, situando a ambos en camino hacia sus mayores ganancias anuales desde 1979. A ello ha contribuido tanto la inestabilidad geopolítica, especialmente por la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, como las dudas sobre los elevados déficits fiscales de algunas de las economías más importantes del mundo, entre otros factores.
La fortaleza de los metales preciosos destacó la demanda persistente tanto de activos de refugio seguro como de activos alternativos, creando un contexto favorable para los mercados de criptomonedas.
"El bitcoin ya no se ve impulsado principalmente por flujos especulativos minoristas como en ciclos anteriores, sino que se ve cada vez más influenciado por factores macroeconómicos, flujos de capital institucional y el marco regulatorio. Por lo tanto, las perspectivas para el primer trimestre de 2026 deben evaluarse desde una perspectiva fundamental más sistemática", apunta Linh Tran, analista de mercado en XS.com, que añade que "el factor subyacente más importante que influye en el bitcoin durante este período es el entorno de política monetaria global, particularmente la dirección de la política de la Reserva Federal de Estados Unidos".
Cree que "esto es muy relevante para el bitcoin, ya que los tipos de interés reales y los costes de oportunidad se mantienen relativamente altos en el primer trimestre. Dado que las condiciones de liquidez aún no han mejorado sustancialmente, es improbable que el bitcoin entre en una fase de fuerte crecimiento impulsada exclusivamente por factores macroeconómicos. En cambio, el entorno monetario actual podría mantener la cautela y la estabilidad en el mercado de criptomonedas".
En su opinión, las perspectivas del bitcoin para el primer trimestre de 2026 "se inclinan más hacia un escenario de estabilidad y una renovada acumulación que hacia una fase de fuerte crecimiento a principios de año. Si los flujos institucionales regresan, el entorno regulatorio y geopolítico se vuelve más favorable y la postura política de la Fed comienza a indicar que se aproximan recortes de tasas a principios de año, esta combinación podría crear un entorno ideal para que el bitcoin se recupere y recupere el nivel de los 100.000 dólares", dice.
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