El oro va bien cuando las bolsas van mal. O mejor, dicho, cuando las bolsas van mal, cuando hay riesgos, los inversores prefieren invertir en el oro, activo refugio por excelencia. Sin embargo, cuando las bolsas van bien, cuando el contexto en general es favorable, se opta por el bitcoin, que avanza en paralelo a los índices, podría decirse. Sin embargo, ahora el bitcoin no para de caer y la pregunta es: ¿hasta qué punto está anticipando lo que pueda venir en las bolsas? ¿hasta qué punto puede considerarse el 'canario en mina' que avisa de que las cosas se van a poner mucho más feas para los índices?
El movimiento del bitcoin está conectado con el comportamiento de los grandes valores tecnológicos, ya que comparte base inversora con ellos. Es decir, muchos de los inversores que compran bitcoin son los mismos que invierten en grandes tecnológicas. Y, ahora mismo, el momento de las grandes tecnológicas en bastante complicado.
Como saben, sobre el mercado sobrevuela el temor de que haya una burbuja tecnológica en torno a la inteligencia artificial (IA). Las bolsas —especialmente las americanas— han subido mucho por las expectativas de todo lo bueno que traerá la IA, pero algunos creen que esas subidas son exageradas y que, por ahora, lo único que está claro es que se está invirtiendo mucho en IA y que los retornos aún no han llegado.
Ese miedo es el que está provocando caídas puntuales, pero abruptas, en los índices, y el que también está arrastrando al bitcoin, de forma aún más acusada que a la renta variable.
La cripto ha borrado las ganancias de más del 30% que llevaba acumuladas desde comienzos de año. Los expertos dicen que la cripto apunta a pérdidas más profundas tras perder primero los 100.000 dólares y luego los 90.000.
"Ha dibujado una mala señal que nos hace plantearnos un cambio de tendencia. Ojo que, para las próximas semanas, no descartamos acabar viendo una extensión de las caídas hasta el nivel de los 80.000 dólares", señala Nuez.
Para algunos expertos, el mercado ha entrado en una fase de risk-off, es decir, un periodo en el que los inversores reducen el apetito por el riesgo y optan por protegerse. Matthew Hougan, de Bitwise Asset Management, dice que, en este sentido, las criptomonedas han actuado como “el canario en la mina”, es decir, han sido las primeras en reaccionar ante el deterioro del sentimiento inversor.
Esta menor disposición al riesgo coincide asimismo con los mensajes recientes de varios miembros de la Reserva Federal, que han enfriado las expectativas de un recorte de tipos en diciembre.
Simon Peters, de eToro, relaciona directamente las caídas del bitcoin con esa menor posibilidad de recortes de tipos en diciembre, y se refiere a las recientes declaraciones del presidente de la Fed de San Luis, Alberto Musalem, insistiendo en la necesidad de ser cautelosos y en que la inflación sigue alta, han reducido la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos a menos del 50%.
Peters apunta que esta menor confianza ha intensificado la aversión al riesgo y ha llevado al Índice de Miedo y Avaricia de las criptomonedas a niveles de “miedo extremo”. Las altcoins han sufrido descensos aún mayores que el bitcoin, con caídas del 11% en ethereum y del 14% en solana.
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