Bitcoin cayó por debajo de los $90,000 el lunes durante las horas asiáticas, extendiendo una venta que ya ha borrado la totalidad de sus ganancias de 2025 y ha llevado el sentimiento a uno de sus niveles más deprimidos del ciclo.
La caída a $89,420 —su nivel más bajo desde febrero— se produce apenas seis semanas después de que los precios alcanzaran un máximo histórico de $126,250, marcando una fuerte reversión.
La caída se aceleró después de que Bitcoin no lograra recuperar el soporte clave en $93,700 durante el fin de semana, rompiendo por debajo de su media móvil de 200 días y desencadenando un “cruce de la muerte” entre las líneas de tendencia de 50 y 200 días.
Esa señal, aunque imperfecta, tiende a coincidir con caídas de varias semanas cuando se acompaña de una evaporación de la liquidez y la paralización de los flujos de entrada en los ETF, ambos ahora visibles.
Los flujos hacia los ETFs spot en EE. UU., que absorbieron más de 25 mil millones de dólares a principios de año, se han estabilizado durante casi dos semanas en medio de preocupaciones de que la agenda arancelaria de la administración Trump podría provocar una nueva ronda de inflación y retrasar los recortes de tasas de la Reserva Federal.
Los compradores institucionales que acumularon activamente en la primera mitad del año también han detenido las compras.
La tensión minorista se está profundizando. El Índice de Miedo y Codicia criptográfico cayó a 11 el lunes, su nivel más bajo desde el mercado bajista de 2022, señalando “miedo extremo.”
La dominancia social de Bitcoin — la proporción de la charla en todo el mercado vinculada a BTC — ha aumentado drásticamente, un patrón que históricamente aparece cerca de eventos locales de capitulación, cuando los operadores abandonan las altcoins para centrarse en el activo de referencia.
Los analistas advierten que no recuperar los $93,000 en el corto plazo deja un claro hueco de liquidez hacia los $86,000–$88,000.
Sin embargo, algunos señalan que los shocks de sentimiento de esta magnitud a menudo preceden a repuntes de alivio a corto plazo si las salidas de ETF se estabilizan y los datos macroeconómicos se vuelven menos agresivos en las próximas semanas.