Michael Saylor, figura emblemática del bitcoin, ha defendido durante mucho tiempo su estrategia como un estandarte de hodl absoluto. Sin embargo, un reciente depósito ante la SEC viene a agrietar esta narrativa. El hombre que prometía legar su BTC a una fundación dedicada ahora consideraría vender — al menos bajo coacción. Un giro que provoca interrogantes: ¿hasta dónde se puede desafiar las realidades financieras y regulatorias en nombre de la convicción?
Una espada de Damocles regulatoria
La promesa de Saylor de «conservar sus bitcoins para siempre» se enfrenta hoy a un obstáculo imprevisto: los requisitos regulatorios. El documento presentado ante la SEC en abril de 2024 menciona claramente un escenario donde MicroStrategy podría liquidar parte o la totalidad de sus 582,185 BTC. ¿La razón? Una caída brusca en su valor de mercado, susceptible de comprometer las obligaciones financieras de la empresa.
«Una venta así probablemente se realizaría a precios desfavorables», precisa el texto. Traducción: en caso de crisis de liquidez, la empresa no tendría otra opción que liquidar sus activos — una perspectiva irónica para una sociedad que ha erigido el bitcoin como la reserva de valor definitiva. Peor aún, esta hipótesis surge mientras el BTC oscila alrededor de 80,000 $, tras una caída del 10 % en 24 horas.
¿Debemos ver esto como un reconocimiento de vulnerabilidad? No exactamente. El depósito actúa ante todo como una advertencia legal, recordando que incluso los más fervientes partidarios del bitcoin no están a salvo de las contingencias económicas.
Sin embargo, esta revelación contrasta con las declaraciones triunfales de Saylor en CNBC, donde afirmaba que «el bitcoin es la salida de emergencia ante el colapso monetario».
Una apuesta colosal en un mercado bitcoin impredecible
Con una cartera de 46.5 mil millones de dólares en BTC, MicroStrategy encarna la quintessencia de la confianza institucional en la cripto.
En marzo de 2024, la empresa añadió 22,048 bitcoin a su activo, financiados por una emisión de acciones preferentes. Un movimiento audaz, mientras el mercado lucha por estabilizar su precio tras las recientes turbulencias geopolíticas.
Pero esta acumulación frenética plantea preguntas. ¿Qué pasaría si MicroStrategy tuviera que vender al menos el 10 % de sus reservas? El impacto en el mercado sería inmediato, arriesgando amplificar la volatilidad — una ironía para una empresa que se presenta como un bastión de estabilidad. En 2022, rumores de llamados a margen ya habían sacudido a la comunidad, antes de que Saylor los desmintiera. Esta vez, el riesgo está oficialmente aceptado.
Sin embargo, detrás de estas tensiones se esconde una estrategia más matizada. Vender temporalmente no significaría abandonar la visión a largo plazo del bitcoin. Como señala el documento, nada evitaría una recompra posterior — una maniobra que ya se ha observado en algunos fondos tradicionales. Saylor, por lo tanto, juega un doble juego: maximalista en palabras, pragmático en acción a pesar de la pérdida de 5.91 mil millones de dólares en 3 meses.