La creación de una Reserva Estratégica de Bitcoin por parte de Estados Unidos amenaza con plantar la semilla de un nuevo Bretton Woods, un sistema donde bitcoin (BTC) desafíe la supremacía del dólar. Si otros países imitan a EE. UU., llenando sus arcas con la moneda digital pionera, podríamos presenciar un momento histórico con gobiernos aliados forjando un nuevo orden financiero global.
Hace 81 años, 44 naciones firmaron un acuerdo en el apartado y desconocido pueblo de Bretton Woods. Esto con el objetivo de evitar crisis económicas y estabilizar el mundo de posguerra, coronando al dólar como moneda de reserva y marcando el inicio de la hegemonía financiera estadounidense. Sin embargo, lo que asoma como un sueño logrado por Donald Trump podría desencadenar una pesadilla de desigualdad y caos económico.
En 1944, EE. UU. aprovechó su posición dominante tras la Segunda Guerra Mundial —una economía en crecimiento y el 70% de las reservas mundiales de oro— para imponer el dólar como pilar del sistema monetario. En ese entonces, los países devastados y con necesidades aceptaron el acuerdo porque ofrecía estabilidad y la convertibilidad de la moneda estadounidense en oro a 35 por onza, lo que marcó un hito en la influencia de la nación norteamericana.
El sistema de Bretton Woods, que ató el dólar al oro en 1944, colapsó en los años 70 cuando Richard Nixon desvinculó la moneda del patrón oro en medio de la inflación por la guerra de Vietnam. Esto desencadenó un caos financiero global, con países dejando flotar sus monedas, y marcó el inicio de la depreciación del dólar.
Sin embargo, su dominio persistió: hoy, el 90% del comercio de divisas y el 60% de las reservas mundiales usan el dólar, superando al euro, yen y renminbi. Este éxito no se debe solo a decisiones económicas, sino al poder político de EE. UU. y al concepto clave del petrodólar.
En los 70, Nixon negoció con Arabia Saudita para vender petróleo en dólares, un acuerdo que pronto adoptó la OPEP, consolidando el 80% de la producción mundial de crudo bajo este sistema. Esto obligó a naciones como la Unión Europea, China y Rusia a usar dólares para el comercio de petróleo, reforzando su hegemonía.
Ahora, la iniciativa de Trump de crear una reserva estatal de bitcoin, con los BTC en propiedad de la nación (la mayor posesión nacional, según reportes), sin duda busca emular la misma maniobra de poder que ocurrió en Bretton Woods.
En tanto que bitcoin, limitado a 21 millones de unidades y sin respaldo físico —solo matemático—, se presenta como el nuevo símbolo de valor, EE. UU. quiere explotar su ventaja económica y está dispuesto a hacerlo con los BTC. En su poder están menos de 200.000, los cuales fueron incautados (como los del hackeo de Bitfinex en 2016) y un mundo donde la invención de Satoshi Nakamoto está erosionando al dinero fiat.
Trump sueña con repetir la jugada, pero con bitcoin
Como diría mi abuela: «No quería gastar dinero, pero el diablo tienta con esas ofertas». Es lo mismo que parece estar en la mente de Donald Trump en este momento frente a Bitcoin. Y eso es porque tiene ante sí la oportunidad de crear una reserva que tiene el mismo potencial de ayudar a Estados Unidos a mantener su hegemonía.
Él está viendo una apuesta a largo plazo, como sucedió con el oro en Fort Knox, que posiciona al país como pionero y podría desatar una carrera global por BTC, como ocurrió con el dólar tras Bretton Woods. Sin embargo, el paralelismo cruje. Esto es porque en 1944, Estados Unidos era un coloso económico indiscutible; mientras que en 2025, su hegemonía se tambalea, dado que la deuda pública supera los 35 billones de dólares, la inflación carcome el dólar y su peso en el PIB global cede ante China. ¿Puede un país en declive liderar con un activo tan frágil como el dólar?
Las similitudes con 1944 tientan, pero las diferencias alarman. Hace 81 años, el objetivo en Bretton Woods era forjar estabilidad tras el caos de la guerra; hoy, ese ideal se desvanece en un mundo ahogado por deudas insostenibles y monedas fíat en crisis, debilitadas por la inflación y la desconfianza en los gobiernos.
Entonces, surge la pregunta inevitable: ¿cómo puede Estados Unidos sostener su hegemonía en un sistema económico que se desmorona? No se equivoquen: este colapso no es un obstáculo para el plan de Trump, sino su combustible. Con Bitcoin, busca transformar la ruina en una oportunidad para reafirmar el dominio estadounidense, aunque sea a costa del resto del mundo.
De hecho, el plan maestro de Donald Trump ya lo explicó Jack Mallers cuando dijo que el presidente de Estados Unidos, con apenas 500 días en el poder, está tratando de reconstruir a Estados Unidos. Esto lo está haciendo consciente de que la política monetaria del dólar ha pulverizado a la clase media, que se ha disparado la desigualdad y debilitado la industria. Y que décadas de impresión masiva de dólares han atrapado a su país en una deuda impagable.
Todo esto sucede en un mundo en el que la desdolarización avanza con Rusia, China y Arabia Saudita esquivando al dólar en el comercio, reacios a financiar más deuda estadounidense. Ante ello, Mallers sostiene que «Bitcoin es el activo de mayor desempeño en esta economía en ruinas», y allí, justo allí es donde emerge bitcoin como el salvavidas soñado.

Una carrera por bitcoin que ahoga a los de menos recursos
Este salvavidas para EE. UU. podría ahogar al resto del mundo. Con un Bretton Woods basado en bitcoin, los países comenzarán a competir ferozmente por acumular BTC, disparando su precio como en 2021, cuando saltó de 30.000 a 68.000 dólares en meses, mientras las monedas fiat se desploman.
Para EE. UU., con su ventaja inicial, podría ser un triunfo, fortaleciendo su economía con un activo digital similar al oro, pero con mayores beneficios en la actualidad. Esto, mientras el resto del mundo se torna sombrío. Naciones en desarrollo como Venezuela o Zimbabwe, sin recursos para comprar BTC, quedarían al margen. La desigualdad global se dispararía, con los ricos acaparando la moneda digital y los pobres atrapados en el nuevo sistema.
En 1944, Bretton Woods trajo estabilidad relativa; un «Bretton Woods con Bitcoin» amenaza con caos de economías colapsadas y tensiones geopolíticas. El sueño de Trump podría beneficiar a EE. UU. a corto plazo, pero a costa de un mundo fracturado entre las naciones, como las nuevas ballenas de bitcoin y los excluidos del mundo basado en la moneda digital.
Es probable que tengamos naciones enteras sepultadas bajo un activo que no pueden poseer. La historia muestra que el poder concentrado rara vez trae paz. ¿Podemos permitirnos este salto al vacío?
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