Una vez más, Medio Oriente capta el foco de la atención mundial. En la noche de ayer y la madrugada de hoy, sábado 26 de octubre, el Estado de Israel atacó sitios militares en territorio de Irán.
De acuerdo con la información publicada por la prensa (pues hasta el momento no hay reportes oficiales), dos militares de ese país perdieron la vida.
No hubo informes de daños importantes a instalaciones petroleras o nucleares (tema que causa gran preocupación por las consecuencias que podría tener en la economía mundial).
Por parte de Irán no ha habido promesas de respuesta inmediata. Aparentemente está siguiendo una estrategia comunicacional de restarle importancia a lo ocurrido. No se descarta la hipótesis de que Irán esté gestando un contraataque sorpresa sin previo aviso.
Esta tensión creciente en Medio Oriente ha repercutido sobre el precio de bitcoin (BTC) que, días atrás, amagaba con retomar el rumbo alcista.
De momento, el ‘uptober‘ (octubre alcista) que muchos esperaban se está viendo frenado tanto por este suceso, que hace que los inversionistas entren en modo de cautela, como por los rumores de que Tether (empresa emisora de la stablecoin USDT) estaría siendo investigada penalmente por la Justicia de Estados Unidos.
El siguiente gráfico, provisto por TradingView, muestra el precio de bitcoin desde el 1 de octubre hasta el momento de esta publicación:
Cuando estallan conflictos bélicos en zonas de alta relevancia geopolítica, como Medio Oriente, los inversionistas suelen optar por la prudencia. La razón principal es que estos eventos incrementan la incertidumbre global, lo que lleva a muchos a refugiarse en activos tradicionalmente seguros, como el oro, el dólar estadounidense o los bonos del Tesoro.
Aunque bitcoin es frecuentemente llamado «oro digital» por los entusiastas, la mayoría del mercado todavía lo percibe como un activo de riesgo, cuyo precio puede experimentar una fuerte volatilidad en situaciones de alta tensión. Por eso, ante el miedo a una escalada que desate consecuencias económicas impredecibles, muchos eligen deshacerse de sus BTC y buscar la estabilidad en refugios tradicionales.
La importancia estratégica de Medio Oriente también juega un papel fundamental. Esta región es una de las mayores productoras de petróleo del mundo, y cualquier amenaza a la infraestructura energética puede provocar fuertes movimientos en los mercados.
En situaciones de conflicto, la posibilidad de que los precios del crudo se disparen no es mera especulación; es una realidad que impacta los costos globales de transporte, manufactura y hasta de productos básicos. Con un encarecimiento de la vida en general, se espera que los inversionistas se alejen de activos considerados riesgosos y mantengan efectivo o bienes de refugio.
Sin embargo, no todos se dejan llevar por el miedo. Existe un segmento de entusiastas de bitcoin que ve en estas bajadas de precio una oportunidad dorada.
Por ejemplo, tal como CriptoNoticias lo ha reportado, el total de ballenas de bitcoin apunta a su máximo en 3 años. Se denomina «ballena» a cualquier entidad que posea más de 1.000 BTC.
Para estos inversionistas con mentalidad de largo plazo, estos descensos representan «ofertas» en el mercado, ya que confían en que BTC se revalorizará. En medio de la incertidumbre, su enfoque se mantiene en el potencial disruptivo de bitcoin como una alternativa a los sistemas financieros tradicionales y, eventualmente, como un refugio seguro que competirá con el oro.
El ‘uptober’ se pospone hasta noviembre
Es muy probable que el precio de bitcoin se mantenga en un estado de lateralización hasta principios de noviembre, sin una tendencia definida hacia la alza o la baja.
En el corto plazo, el mercado parece estar esperando un evento que le dé una dirección clara, y ese evento podría ser nada menos que las elecciones presidenciales en Estados Unidos el 5 de noviembre.
Con la principal potencia financiera mundial eligiendo a su próximo líder, los inversionistas están en modo de espera, tratando de anticipar cómo las políticas del nuevo presidente podrían impactar no solo a bitcoin, sino a todo el sistema financiero global.
La contienda electoral se perfila como una elección polarizante, con dos candidatos que representan visiones económicas muy diferentes: Donald Trump y Kamala Harris.
Trump, conocido por su postura favorable hacia la desregulación financiera y su simpatía con la industria de las criptomonedas (y particularmente con la minería de Bitcoin), podría generar una reacción positiva en el precio de bitcoin si resulta reelecto.
Por otro lado, si Kamala Harris gana, el escenario podría ser muy diferente. Aunque también ha expresado una actitud abierta hacia la industria de las criptomonedas, se espera que su enfoque esté más orientado hacia una regulación más estricta y una supervisión más amplia del sector. Téngase en cuenta que Harris es la actual vicepresidente de Estados Unidos, por lo que un gobierno suyo sería una continuación de la gestión actual de Joe Biden. Esto podría generar una reacción inicial de incertidumbre en los mercados, ya que cualquier indicio de regulaciones más restrictivas sobre bitcoin y otros criptoactivos podría asustar a los inversionistas, al menos en el corto plazo.
De todos modos, en el largo plazo, bitcoin tiene razones propias para brillar más allá de quién sea el presidente en Estados Unidos. Analistas de Bernstein, por ejemplo, están convencidos de que BTC llegará a 200.000 dólares el próximo año y a 1 millón de dólares en 2033. Si su predicción es acertada, quienes compren bitcoin ahora, a precios relativamente bajos, estarían haciendo un buen negocio.