La compra de Luisiana es uno de los acontecimientos mas importantes en la historia estadounidense. En el año 1803, Estados Unidos, entonces presidido por Thomas Jefferson, compró el territorio que hoy en día cubre varios estados a Francia por algo más de 23 millones de dólares con intereses, una operación que fue clave en la entonces corta vida de la nación: tras la compra, Estados Unidos prácticamente duplicó su tamaño, convirtiéndola en uno de los mayores países del mundo, y le abrió acceso al océano Pacífico. Para el Partido Republicano, el bitcoin (BTC) representa exactamente lo mismo.
"Este es nuestro momento 'compra de Luisiana'. Es la solución y la respuesta", afirmó con vehemencia Cynthia Lummis, senadora republicana por el estado de Wyoming, en la Conferencia Bitcoin celebrada en Nashville (Tennessee) este pasado fin de semana. Acto seguido, la senadora comenzaba a detallar un proyecto de ley que contenía los planes esbozados unos minutos antes por el expresidente y candidato de su partido a los comicios presidenciales de noviembre, Donald Trump.
El plan republicano es, cuanto menos, ambicioso: la creación de una reserva estratégica de bitcoin que gestione el 5% del suministro mundial de la criptomoneda reina y lo conserve durante al menos 20 años para reducir la deuda de la primera economía del mundo. "Quiero que sea acuñado, acuñado y fabricado en Estados Unidos. Si no lo hacemos nosotros, lo hará China", afirmó Trump en su intervención, quien comparó la industria de las criptomonedas con "la industria siderúrgica de hace 100 años".
"Un día probablemente superarán al oro. Nunca ha habido nada como esto", subrayó el expresidente republicano, al tiempo que prometía la creación de "un consejo asesor sobre bitcoin y criptomonedas" y la destitución del presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), Gary Gensler.
UNA IDEA "BUENA", PERO COMPLICADA...
El sector de las criptomonedas ha recibido de forma positiva los anuncios de Trump, considerado como el candidato más favorable para los activos digitales. No obstante, estos expertos piden cautela, ya que las propuestas plantean más preguntas de las que responden y los detalles son, en el mejor de los escenarios, escasos.
La reserva nacional de bitcoin ha sido el gran foco de interés. Por diversas razones a lo largo de su historia, Estados Unidos ha establecido reservas estratégicas de una serie de materias primas vitales, como oro, petróleo, grano y helio. Sin embargo, para que EEUU empiece a utilizar BTC como una reserva estratégica, se requiere "más trabajo".
Cuánto debe mantenerse como reserva y la base para ese umbral; cómo adquirirlo; cómo y dónde almacenarlo; cuándo utilizarlo y en qué circunstancias; o qué agencia sería responsable son algunas de las consideraciones que Rahul Mewawalla, CEO de la minera de bitcoin Mawson Infrastructure , cree que todavía no tienen respuesta. Y despejar estos interrogantes, añade este experto, "puede ser difícil".
Uno de los mayores obstáculos sería puramente político: los Republicanos no controlan el Senado. El Partido Demócrata controla la Cámara Alta y, al menos durante el Gobierno de Joe Biden, se ha mostrado muy reticente a adoptar una aproximación constructiva al legislar sobre criptoactivos. Pero ni siquiera una mayoría republicana garantizaría el éxito de esta propuesta, ya que medidas de este calado suelen requererir de cierto apoyo bipartidista para salir adelante.
El resto, si bien existen, son relativos, especialmente dado el entusiasmo con el que los principales actores del sector han acogido estas propuestas. Michael Saylor, fundador y presidente ejecutivo de MicroStrategy, o Cathie Wood, CEO de ARK Invest, han mostrado su apoyo a este plan, que podría ser "transformador" para la economía estadounidense según esta última.
"Aunque sigue sin estar claro si EEUU podría mantener el bitcoin como activo de reserva estratégico, esta idea está ahora permanentemente en el ámbito de las ideas de política pública para los gobiernos de todo el mundo. Se trata de un acontecimiento monumental y obligará a muchos gobiernos y grandes instituciones a considerar cuidadosamente los beneficios de mantener BTC", señala Pedro Lapenta, director de investigación de Hashdex.
...QUE YA TIENE EFECTO
Sea como fuere, que Trump consiga o no llevar a cabo su plan no podemos saberlo ahora, pero lo que sí podemos ver es el efecto que han tenido sus palabras. Y es que, tras su intervención en Nashville, donde subrayó que el Gobierno había roto la "regla de oro" de "nunca vender tu bitcoin", la criptomoneda reina rozó los 70.000 dólares, según datos de CoinMarketCap, su nivel más alto en el último mes.
Desde entonces, la criptomoneda reina cotiza por debajo de esos niveles después de que el Ejecutivo estadounidense haya movido ficha. En los últimos días, EEUU transfirió bitcoin incautado al sitio web Silk Road y valorado en unos 2.000 millones de dólares a carteras sin historial previo de transacciones. Según datos de Arkham Intelligence, las tenencias del Gobierno previas a este movimiento ascendían a 12.000 millones de dólares. Las caídas reflejan el temor a un exceso de oferta que hunda los precios, aunque algunos señalan que la Conferencia Bitcoin siempre ha sido un acontecimiento de "vender la noticia".
Por otro lado, otros analistas prefieren interpretar estos movimientos de otra forma: el bitcoin se ha convertido en una cuestión política. Expertos e inversores en critpomonedas destacan que la visión casi diametralmente opuesta de demócratas y republicanos para las criptomonedas no solo tiene su efecto en los precios, sino también un papel que jugar en la carrera electoral que culmina en noviembre.
"Las propuestas de Trump a la industria para instalar reguladores 'criptoamigables' pueden tener el efecto de que el precio de BTC a corto plazo esté vinculado al resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos", señalan los analistas de Jefferies en uno de sus recientes informes. En relación con esto, estos expertos señalan que las compañías dedicadas a la minería de Bitcoin son un sector a vigilar en los próximos trimestres debido a que los beneficios no han caído tanto como se temía tras el 'halving' y porque en cualquier momento podría comenzar un ciclo de fusiones y adquisiciones.
No obstante, no todo el mundo es tan positivo con la hoja de ruta republicana para las criptos. En un artículo de opinión, 'The Wall Street Journal' critica esta idea ya que los planes de Trump van en contra de los ideales fundacionales de la blockchain Bitcoin, como la independencia de los gobiernos.
"La libertad frente al gobierno no es lo que propone. Quiere que todo el bitcoin futuro se fabrique en Estados Unidos, lo que supone un límite a la libertad y requeriría una red eléctrica mucho mayor, ya que la minería de bitcoin consume mucha energía. Si las criptomonedas son realmente un vehículo libertario para invertir libre de veleidades políticas, entonces deberían operar por sí mismas sin ayuda del gobierno", afirma este diario.
¿QUÉ PASA CON KAMALA?
Con todo, estas tesis de inversión tienen un agujero fundamental: Joe Biden no será presidente en noviembre. El pasado domingo 21 de julio, el todavía presidente de los Estados Unidos renunció a presentarse a la reelección tras las dudas que suscitaba su estado físico y psicológico, que se estaba traduciendo en una victoria aplastante de Trump en las encuestas. Si bien todavía no es oficial, todo apunta a que su vicepresidenta, Kamala Harris, será la candidata de los demócratas a unas elecciones que ahora parecen mucho más parejas.
Pero ¿en qué influye esto a las criptomonedas? En que, por obvio que parezca, Harris no es Biden. Muchos expertos políticos y económicos señalan que las diferencias entre la candidata a presidenta y el actual presidente son notables. Según estas fuentes, Harris podría adoptar una postura mucho más favorable hacia los criptoactivos que un Biden que se ha mostrado inflexible con estos.
Las últimas informaciones parecen dar por buenos estos análisis. 'Financial Times' ha publicado en los últimos días que algunos de los principales asesores de Harris se han acercado a las principales empresas de criptomonedas del país para "recomponer" las relaciones entre el Partido Demócrata y el sector, que ha brindado un apoyo casi total a Trump durante la campaña electoral. Entre las empresas con las que los demócratas se habrían puesto en contacto se encuentran la criptobolsa Coinbase, el emisor de la 'stablecoin' USDC Circle y la compañía de pagos blockchain Ripple.
De acuerdo con el diario británico, las personas que asesoran a la campaña de Harris en materia de negocios dijeron que la decisión de volver a conectar con la industria de las criptos tenía poco que ver con captar nuevos fondos electorales. En cambio, el objetivo es construir una "relación constructiva" que, en última instancia, permita establecer un "marco regulador inteligente" para esta clase de activos.
'FT' señala que el objetivo de Harris es cambiar la percepción de muchos altos ejecutivos del sector de que los demócratas son "antiempresa", así como captar parte del apoyo de un sector con mucha presencia en su California natal. "El hecho de que esté dispuesta a escuchar es algo importante. Con Biden ni siquiera podías conseguir una reunión... Ha dejado a la gente con muy mala opinión de la Administración Biden", señala un ejecutivo de una empresa de criptomonedas.