“Eso que llamamos rosa, con cualquier otro nombre, olería igual de dulce”.
W. Shakespeare
Dentro de la red Bitcoin es indistinto si hacemos una transacción para mandarle dinero a nuestra abuela bitcoiner que vive en otro país, si la hacemos para mintear algún activo digital basado en un .jpg con la cara de un mono vicioso, si es para abrir un canal de Lightning Network, si es para cambiar sats por el token de alguna sidechain, spacechain, federación, segunda o tercera capa, si estamos haciendo un pago a otra persona o si por el contrario sólo estamos consolidando utxos.
La red Bitcoin es indiferente respecto del remitente y del destinatario ya que por diseño no hay remitentes ni destinatarios. La red es agnóstica en relación a los entes que la utilizan a causa de que en ésta sólo existen direcciones y UTXO (cantidad de Bitcoin que queda después de una transacción y que puede ser utilizada como entrada en una transacción futura).
No distingue si estamos fondeando un smart contract administrado entre varios entes o si esos entes son en verdad el mismo ente. La timechain no registra el significado del uso que le damos. La red sólo conoce, utiliza y guarda información sobre lo que ocurre dentro de la misma y con las limitaciones que por diseño posee.
En este sentido la timechain crea su propia realidad, una realidad que es objetiva, abierta, transparente, inmodificable y por lo tanto básicamente indiscutible.
Veamos un ejemplo: resulta indiscutible que el bloque génesis contiene la inscripción: The Times 03/Jan/2009 Chancellor on brink of second bailout for banks. Asimismo, es indiscutible que ese bloque tuvo una recompensa de cincuenta bitcoins (sin perjuicio de la imposibilidad de gasto de este caso en concreto), que su altura de bloque es cero, que su raíz de Merkle es 4a5…33b, que su peso es de 0.285 KB, etc.
Aquí podría enunciar la totalidad de datos objetivos y debidamente asegurados por la inamovible e infranqueable pared de seguridad criptográfica acumulada en la totalidad de bloques acumulados por encima del bloque génesis.Es decir, la objetividad de los datos, más la imposibilidad de modificar los datos por fuerza humana alguna, son los que nos brindan la confianza en decir que esa información allí depositada, es indiscutible.
Aclaro que lo que menciono como indiscutible es la existencia de la información en cuestión y el momento en el tiempo en que ésta fue agregada al monopólico reloj humano descentralizado y objetivo que llamamos timechain.
Hago hincapié en la veracidad de la existencia de la información alojada y no en su contenido de fondo y mucho menos en su relación con la realidad extra-timechain. En principio, no existe relación alguna entre la información en cuestión y el contenido de la misma.
Por ejemplo: resulta que efectivamente el diario The Times de Inglaterra, el tres de enero de dos mil nueve publicó en su tapa: Chancellor on brink of second bailout for banks. Pero Satoshi podría haber escrito cualquier otra cosa que no fuera reflejada fielmente en la realidad y para la timechain nada cambiaría.
Lógicamente este mismo razonamiento que arriba apliqué al bloque génesis se puede aplicar también al bloque 1,2, n. Mientras más nos acerquemos a la punta de la timechain más “discutible” empieza a ser la veracidad de la información, ya que la cantidad de prueba de trabajo acumulada en ese fragmento de la cadena puede resultar insuficiente para confiar en la inexistencia de una posible bifurcación con mayor acumulación de prueba de trabajo. Pero a los fines prácticos, a partir de seis bloques de profundidad ya podemos estar confiados en que la información no será modificada.
En conclusión: estamos ante una base de datos que aloja información precisa, objetiva, concreta, inmodificable, validada y aceptada por la totalidad de nodos de la red.
Hasta acá analizamos la certeza de lo que ocurre on chain. Analicemos ahora qué relación puede existir entre la realidad on chain y la off chain.
¿Hay una relación real entre la información guardada en la timechain y la realidad extra-timechain? Dicho de otra forma: ¿Existe una forma precisa, objetiva, concreta, inmodificable, validada y aceptada por la totalidad de nodos de la red de relacionar la realidad offchain con la onchain? La opinión de este autor es que la respuesta a esta pregunta es categórica e irremediablemente: no.
No existen ni pueden existir oráculos en la red Bitcoin. Sin perjuicio de las posibilidades de creación de oráculos offchain que interactúen de diferentes formas con la red bitcoin, ésta tiene una infranqueable imposibilidad de conocer lo que ocurre fuera de ella. Y esto es una virtud no un defecto. Feature, not a bug. Parte de la fortaleza de bitcoin está construida sobre la neutralidad absoluta y total respecto de la infinidad de posibles significados atribuibles a cada utxo o conjunto de utxos. Es gracias a esta crucial neutralidad que la red logra ser incensurable y que su token posee la fungibilidad del efectivo.
Cuando una billetera firma una transacción luego la manda a su nodo. El nodo comprueba si la transacción es válida. Si no lo es, la rechaza y por lo tanto no forma parte de la red bitcoin, o sea el intento de transacción nunca fue bitcoin por estar fuera del protocolo.
Por el contrario, si la transacción reúne la totalidad de criterios para ser una transacción válida el nodo la agrega a su mempool y la difunde a los demás nodos con los que esté conectado. Los demás nodos también validan la transacción y sólo la guardan en su mempool y continúan su distribución hacia otros nodos si también la consideran válida.
Luego, oportunamente la transacción llega a la mempool de nodos mineros. Dependiendo el nodo minero, o sea, dependiendo de la ideología del minero que programó su nodo, la transacción puede ser usada o no para el armado de la propuesta del siguiente bloque. Cada minero goza de libertad absoluta de elegir qué “tipos” de transacciones acepta, cuáles fomenta y cuáles rechaza. La selección, en la práctica, se hace con base en cuestiones ideológicas, pero en la red sólo se materializa con base en información objetiva que surge y existe en aquella.
El minero puede por ejemplo elegir omitir agregar a su proyecto de bloque transacciones que incluyan determinadas direcciones que figuren en listas negras y buscar así correr un nodo minero en compliance. También puede interpretar que ciertas transacciones como los ordinals constituyen un ataque a la red y, por lo tanto, siguiendo su ética, las deja de lado aplicando un filtro para ello.
El minero es básicamente el dueño del proyecto de bloque. Un proyecto de bloque puede variar bastante con respecto a otro proyecto de bloque pero siempre con las limitaciones técnicas impuestas por las reglas mínimas del protocolo.
El minero se presenta a la subasta de bloque ganador trayendo consigo el proyecto de bloque y todo el poder de hasheo que dirigió para convertir en bloque su proyecto. En promedio cada diez minutos algún minero gana la subasta pagando con su proyecto de bloque más el poder de hasheo invertido. Por ese pago se lleva los bitcoins de la coinbase, más las fees de las transacciones que decidió incluir, más la posibilidad de incidir en la red con base en su ideología plasmada en la forma en que armó su proyecto de bloque.
Una persona racional que participa de una subasta no se preocupa ni le interesa qué uso les darán los compradores a las cosas que aquellos adquirieren en la misma. Su interés se centra en adquirir las cosas subastadas que le interese adquirir y sólo respecto de esas cosas evaluar qué uso les dará, pues esas les pertenecen mientras las demás no porque son de otros.
La maravilla de Bitcoin radica en que vive y deja vivir. Los que desean llenar la timechain de primates viciosos u otros usos banales pagan el coste para hacerlo y los que intentan defenderla en pos de que siga funcionando eficientemente como el mejor dinero de la humanidad tienen también su recompensa. Tal vez la retribución de los segundos no sea tan inmediata, directa y a corto plazo como la de los primeros. Pero no tengo dudas de que el uso de las cosas acorde a su naturaleza es lo que la Naturaleza desea y fomenta. Y eventualmente el coste de ir en contra de ella siempre es pagado por quien ataca al basilisco.