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¡Levántate, no tienes nada que perder excepto tus propias vallas de alambres con púas!
Timothy C. May en el Manifiesto Criptoanarquista
Sobre los significados de las transacciones de Bitcoin
Estimado lector, hoy te desafío pidiéndote lo siguiente: escogé una transacción de bitcoin. Puede ser una al azar o cualquiera que prefieras. Puede ser tuya o de otros. Una real, de mainnet, de cualquier tipo de tecnología de firma, época o fecha. Luego de elegir, pensá: ¿Cuál es el significado o sentido de esa específica transacción para vos?
¿Listo? ¿Ya lo pensaste? Bueno, ahora te hago una segunda pregunta. Si otra persona mirase esa misma transacción ¿Qué significaría para ella? Contestar acertadamente la primera pregunta puede ser más o menos difícil dependiendo de la transacción elegida, los hechos alrededor de la misma y algunas otras variables. Contestar acertadamente la segunda pregunta es directamente imposible.
Al igual que todos los demás entes, cada transacción de bitcoin tiene un significado subjetivo y la posible asignación de infinidad de sentidos.
La transacción “X” puede significar para Alice -la firmante de la misma- que mediante esa transacción convirtió sus bitcoins en un auto nuevo que necesitaba para trabajar. La transacción “Y” puede significar alegría, sentida por Bob, porque es un abuelo que recibió dinero que su nieto le mandó para ayudarlo en un momento de dificultades económicas. La transacción “Z” puede significar una consolidación de fondos de un determinado exchange, etc. Es decir: N transacciones significan N cosas para N personas.
Por lo que, teniendo en cuenta que cada transacción puede tener un significado diferente para cada ser humano del planeta y además que dicho significado puede variar en el tiempo, podemos fácilmente ver que la cantidad de combinaciones de variables es realmente alta.
Cabe recordar a esta altura que la red bitcoin sólo registra transacciones y que todo posible significado está por fuera de la red.
Sobre la Policía del Significado
Esta variedad y libertad de interpretaciones subjetivas de los hechos es lógicamente repudiada por los amos y señores auto designados para dirigir los destinos de la humanidad. Los actuales organismos no electos, pero popularmente aceptados, que controlan el mundo, detentan la autoridad policial para atribuir significado a todas las transacciones, en representación de toda la humanidad, para así administrarla y cuidarla de sí misma.
Para los Estados, el pensamiento individual resulta básicamente indeseable porque es más difícil controlar al que se aleja del rebaño y de la norma. Entonces crean ministerios orwellianos en pos de buscar mantener el statu quo consistente en la manipulación del relato por una pequeña oligarquía. Al que le interese conocer las consecuencias a largo plazo de la profundización de este modelo de organización social, le aconsejo que no se pierda la nouvelle “Himno” de Ayn Rand.
En este contexto surge la GAFI, un Ministerio de la Verdad que ejerce la policía del pensamiento mediante la auto-atribución del monopolio en la prevención de financiamiento del terrorismo. Este Ministerio de la Verdad es quien formal y legalmente -desde una óptica del derecho positivo, fiat- decide el significado de cada uno de los intercambios de valor que los humanos realizamos.
Mediante la sencilla artimaña jurídica de invertir la carga probatoria, durante los últimos cuarenta años la GAFI ha solidificado un sistema de control absoluto de las personas. Quien controla el flujo del dinero, controla las personas. Es evidente que una persona que no tiene posibilidades de disponer de su capital está indiscutiblemente esclavizada. Y gracias a la GAFI nadie puede, al menos legalmente, disponer de su dinero a menos que pueda demostrar su inocencia.
Este organismo, siguiendo el manual instrucciones “1984” ha establecido y promovido la policía del significado de transacciones de bitcoin, una versión oficial de qué significa una transacción. Si ellos deciden que la narrativa es tal o cual, así será la “realidad jurídica” de esa transacción.
Además, no han perdido oportunidad de favorecer a sus amigos mediante la artificial creación de obligatoriedad en la contratación de fútiles servicios que son brindados por cómplices del referido organismo. Básicamente, mediante el uso de la violencia y la coerción forzaron a que los VASPS -exchanges- deban darle dinero a las empresas privadas que se dedican formalmente a atribuir significado a las transacciones. Especialmente tras la invención de la travel rule buscan entorpecer el uso de direcciones de bitcoin mediante la creación de listas negras. Es decir, literalmente prohíben números. Y para colmo, números de un set de un tamaño aproximado a 2^160. O sea, un conjunto de números tan grande que en la práctica es inagotable.
Esta es la situación actual y real descrita de forma objetiva. ¿Cómo puede ser que hayamos llegado a tolerar semejante injusticia y ataque contra la propiedad privada, libertades individuales, libre comercio y progreso? No lo sé y es un tema que excede a este artículo. Sin embargo, invito al lector a que piense sobre cuáles son o debieran ser, para él, los límites que el Estado debe poner sobre el uso del dinero privado y en principio legal.
Sobre la salida del sistema
Gobiernos del mundo “proclamáis que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolveremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.”
Declaración de Independencia del Ciberespacio por John Perry Barlow.
To opt out, elegir voluntariamente salirse del sistema ha sido siempre la esencia de Bitcoin. Y debido a las políticas establecidas por los amos y señores del mundo, debemos hacerlo de la forma más subrepticia alcanzable y buscando evitar lo máximo posible a aquellos agentes que se encuentren dentro del sistema. No debemos ser engañados por agentes fiat que, si bien operan con bitcoin, lo hacen cumpliendo con los designios esclavizadores promovidos por la GAFI.
Al momento, pareciera que sólo el p2p brinda una alternativa completa y realmente fuera del sistema fiat. Cualquier bitcoin debidamente regulado y administrado por una entidad en compliance termina siendo fiat, incluso aunque su dueño administre las claves privadas. En este sentido, probablemente podríamos tomar como ejemplo los bitcoins de Microstrategy y/o de Michael Saylor, quien continuamente empuja por la adopción institucional masiva pero regulada por la GAFI y demás organismos estatales que él mismo defiende. Por otro lado, podemos tomar como modelo a seguir a Satoshi Nakamoto, quien acumuló más bitcoin que cualquier otra entidad pero lo hizo sin pedir permiso, perdón ni pretender regulación que le permitiera usarlos legalmente.
La salida del estatismo es un post-estatismo y no un estatismo pseudo amigo de bitcoin. Porque bitcoin es libertad y el Estado es la antítesis de la libertad.
Afortunadamente sólo debemos focalizar en cómo transitar esta temporal coyuntura ya que, como -casi- todo, a largo plazo Bitcoin arregla esto.
Bitcoin y la GAFI sólo pueden coexistir brevemente. Uno de los dos deberá indefectiblemente cambiar radicalmente. Y no será Bitcoin quien lo haga.