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Bitcoin ha tenido un rol que quizá no se haya planteado en su filosofía originaria: protegerse frente a la inflación. La herramienta, cuyo surgimiento estuvo enfocado en no tener intermediarios y con ellos ganar libertad, ha penetrado en América Latina con mucha fuerza y gracias a numerosas virtudes.
Uno de esos beneficios es salvaguardar el capital en países con altos índices inflacionarios. Con la pronunciada volatilidad de la criptomonedas más presente en los últimos años, las stablecoins asumieron el rol de estricta preservación de capital.
¿Por qué Bitcoin se utiliza como receta anti inflación en América Latina?
Esto se ha visto con un mayor pronunciamiento en países como Venezuela y Argentina. Allí, además de un índice de aumentos que supera los 100 puntos anuales, hay complejidades para acceder a otras divisas, como el dólar. Ese combo ha contribuido de forma decisiva para volver a Bitcoin y otras criptomonedas, un plan de conservación de poder adquisitivo para muchos ahorristas.
Argentina y Venezuela lideran, desde hace años, el ranking regional sobre inflación. El reporte del mes de marzo ubicaba al primero de los países con una tasa anual de 104.3 %, mientras que el segundo trepaba al 501 %. Muy atrás el resto, con una suba promedio de 10 puntos al año.
La referencia es apenas un apunte para entender las diferencias en cuanto a urgencia de refugio. En la economías mencionadas por sus fuertes aumentos de precios, hay productos que cambian en el mismo día o de una semana a otra. Frente a esta lucha cotidiana se encuentran incontables trabajadores. Por ellos surgen con fuerza Bitcoin y otras criptomonedas para protegerse de la inflación y, especialmente, las stablecoins.
El economista Fabio Ventre explicó a BeInCrypto su mirada sobre el comportamiento del ahorrista promedio en un país como Argentina.
“No tengo dudas que Bitcoin ha sido adoptado como una forma de protegerse frente a la inflación. Después está el perfil de cada inversor y ahí debemos separar a quienes tienen una mirada más conservadora, de aquellos que deciden asumir riesgos mayores. Creo que ahí pasamos de hablar de instrumento de protección a instrumento de ahorro”.
Para el profesional, en países con alta inflación lo primero que suele ocurrir es que los ahorristas procuren no perder el poder adquisitivo del dinero. Luego, de ser posible, se piensa en una metodología de ahorro.
“Un inversor más “arriesgado” prefiere Bitcoin, pero uno más conservador erigiría seguro USDT. Es probable que dada la situación actual de Argentina, donde la capacidad de ahorro es baja, en general se incline la población a herramientas más conservadoras. Pero eso no significa que no haya demanda por Bitcoin”.
De acuerdo de datos de CryptoMarket, en Argentina casi 4 de cada 10 inversores de criptomonedas elige USDT de Tether. Esto ciertamente explica la urgencia de necesitar una cobertura. La característica de paridad frente al dólar que ofrecen las stablecoins, sumada a la imposibilidad que tienen los argentinos de hacerse de dólares en el mercado legal, la vuelven una herramienta muy atractiva.
Tanto, que algunas opciones surgen para cubrir esa necesidad específica de los usuarios.
La agenda política para contrarrestar la inflación
Claramente, no hay una única fórmula o antídoto frente al problema inflacionario. Mucho menos cuando, como en algunos países, se presenta como un mal crónico. Pero la agenda política regional ha buscado en los últimos meses un aporte común al inconveniente.
Como las fórmulas que aplican las sociedades a menudo van de la mano con las resoluciones políticas, el foco se puso en otra parte de la problemática. Once países se reunieron en abril pasado para establecer una declaración conjunta. Acordaron la creación de un sistema que acorte los tiempos para la exportación e importación de bienes básicos.
Del compromiso regional participaron Andrés Manuel López Obrador, de México, junto a los gobiernos de Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Honduras, Venezuela y San Vicente y las Granadinas. Juntos resolvieron la conformación de un Grupo de Trabajo Técnico que, entre otros puntos, trabajará sobre lo siguiente:
“Avanzar en la definición de las facilidades comerciales, así como las medidas logísticas, financieras y de otra índole, tomando en consideración la realidad de cada país, que permitan que el intercambio de productos de la canasta básica y bienes intermedios ocurra en mejores condiciones con la prioridad de abaratar los costos de dichos productos para la población más pobre y vulnerable”.
Ese análisis político va por un camino paralelo a la búsqueda de cobertura de la inflación con Bitcoin y otras criptomonedas en América Latina. Algo que buena parte de las personas que viven en naciones con alta inflación ya han implementado.
Según datos surge de un informe de la firma Chainalysis, los países con mayor incremento en el precio de los alimentos y con ingresos bajos-medianos son los que tienen más adopción de Bitcoin. Por ahora, esta realidad no está siendo articulada por la clase política.
Chainalysis ha situado a Venezuela en el undécimo lugar en un listado de países con mayor nivel de adopción de criptomonedas. La razón es similar a la de Argentina: contar con una herramienta para preservar el valor del dinero, algo que las monedas locales escurren en cuestión de horas.
Seguramente con diferentes razones, el panorama de adopción de criptomonedas es igualmente fuerte en otros países. Brasil se encuentra liderando las posiciones en cuanto a adopción de Bitcoin y otras criptomonedas en América Latina, aunque posee una baja inflación. Se destaca el uso de criptomonedas en Colombia, mientras Cuba y Honduras se muestran con un notable crecimiento.