Bitcoin es un código digital que funciona sobre una red de computadores descentralizada, es decir, que no hay una autoridad central que la controle. El sistema permite que cada usuario tenga una especie de billetera virtual donde guarda sus monedas y puede enviarlas o recibirlas directamente a otros usuarios, sin necesidad de intermediarios.
Esto es posible, porque Bitcoin usa una tecnología llamada blockchain que registra todas las transacciones en una cadena de bloques que nadie puede modificar ni alterar. Así, Bitcoin garantiza la seguridad, la transparencia y la libertad de sus usuarios. Pues solo tienes que cumplir los requisitos que exige el protocolo y podrás ser parte de esta revolución monetaria.
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En un mercado bursátil como el Nasdaq o la bolsa de valores de Nueva York, los compradores y los vendedores se encuentran en un mismo lugar. Y para poder operar hay que seguir un montón de reglas y llenar un montón de papeles. Esos filtros y normas tienen un propósito. Lo que se busca es que el mercado funcione de la manera más segura y confiable posible. Y eso crea estabilidad y previsibilidad.
En el modelo descentralizado, no hay una autoridad central que controle todo. No hay un lugar, sino muchos lugares. Eso aporta mayor libertad y diversidad. Pero no todo es color de rosa. El modelo descentralizado también tiene sus desventajas. Por ejemplo, te enfrentas a una mayor competencia y riesgo. No hay nadie que te proteja ni te garantice nada. Además, el volumen de las transacciones se fragmenta y se dispersa. No hay un lugar único donde se concentre todo el movimiento. Y eso facilita la manipulación. Alguien puede aprovecharse de la falta de regulación y alterar los precios a su antojo.
¿Qué es el volumen de Bitcoin? Es la cantidad de Bitcoin que se mueve de un lado a otro en un período de tiempo. ¿Y por qué nos importa? Porque nos ayuda a saber cuánto vale Bitcoin en el mercado. Pero hay un problema: el mercado de Bitcoin es como un rompecabezas sin piezas fijas. Hay muchos lugares donde se puede comprar y vender Bitcoin, y cada uno tiene su propio precio y volumen. Así que no hay una forma fácil de saber cuánto Bitcoin se está intercambiando en total.
Imagina que tienes 1000 unidades de algo muy raro y valioso. Un día, encuentras a alguien que te ofrece 100 dólares por una unidad. ¿Significa eso que tu colección vale 100 mil dólares? Técnicamente, sí. Sin embargo, se trata de un asunto bastante complicado. Las transacciones del día se utilizan como una referencia para la valoración total de todo el suministro. Pero si al otro día nadie más está dispuesto a pagar ese precio, tu valoración es solo una ilusión. Bueno, lo mismo pasa con Bitcoin: el volumen no siempre determina su valor real. Porque el volumen de Bitcoin es sumamente cambiante y fragmentado.
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El volumen del Bitcoin es una medida de cuánta gente está comprando y vendiendo esta criptomoneda. Si el volumen está por las nubes, al igual que el precio. Eso significa que hay mucha demanda, mucha confianza y mucho dinero nuevo entrando en el mercado. Si quieres vender tus Bitcoins, es probable que encuentres a alguien dispuesto a pagar el precio que pides. ¡Eso es una buena señal!
Pero cuidado, no todo lo que brilla es oro. A veces el precio sube con un volumen bajo, y eso no es tan bueno. Significa que hay poca actividad, poca liquidez y poca convicción. Puede que el precio suba por pura casualidad, o porque alguien quiere manipular el mercado. Si quieres vender en esas condiciones, puede que te cueste más trabajo o que tengas que bajar tu precio. ¡Es una mala señal!
¿Te has fijado últimamente en el volumen de Bitcoin? El volumen es muy importante para entender el comportamiento del precio, porque nos muestra el nivel de interés y confianza que hay en el mercado. No todas las alzas son iguales. Hay que mirar el volumen para saber si hay fuerza detrás de los movimientos, o si son solo ruido. Por ejemplo, si el precio sube con mucho volumen, significa que hay mucha demanda y que el mercado está optimista. Pero si el precio sube con poco volumen, puede ser una señal de debilidad y de que pronto habrá una corrección.
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¿Te has fijado en la gráfica últimamente? Tiene velas rojas y verdes, como si fuera Navidad. Pero no te dejes engañar por las apariencias, porque detrás de esos colores hay mucha información que te puede ayudar a entender el mercado.
Cuando el precio se mueve en un rango estrecho, sin subir ni bajar mucho, se dice que hay lateralidad. Parece que el precio no sabe qué hacer, que está indeciso. ¿Será que los compradores y los vendedores están igualados? ¿Qué nadie tiene más fuerza que el otro? Pues no necesariamente.
Para saber quién lleva la ventaja, hay que mirar el volumen. El volumen es la cantidad de dinero que se mueve en cada vela. Cuanto más volumen haya, más fuerza tiene el movimiento.
Así que fíjate bien en el tamaño de las velas y en su color. Si las velas verdes tienen más volumen que las rojas regularmente, significa que los compradores están ganando terreno. Si las velas rojas tienen más volumen que las verdes, significa que los vendedores están imponiéndose.
¿Quieres mejorar tus pronósticos y análisis del mercado? Entonces no te olvides del volumen. El volumen es como el pulso del mercado, te dice cómo está de salud. El precio puede engañarte, pero el volumen no. El volumen vale más que mil palabras.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.