En un mercado lleno de volatilidad, las memecoins han tomado el centro del escenario, capturando los portafolios de los inversionistas, según un informe de la firma de análisis Kaiko.
Dogecoin (DOGE), la memecoin por excelencia, ha vuelto a liderar los volúmenes de negociación, tal como lo hizo durante los repuntes de 2021.
En aquella ocasión, su popularidad despegó gracias al apoyo de figuras como Elon Musk y Mark Cuban, describe Kaiko.
Este año, DOGE encontró un nuevo impulso. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la creación de un «Departamento de Eficiencia Gubernamental» (DOGE), cuyas siglas en inglés coinciden con el ticker de la criptomoneda.
Este departamento, que será liderado por el propio Musk y Vivek Ramaswamy, se enfocará en reducir la burocracia gubernamental, optimizar regulaciones, y reestructurar agencias federales.
El anuncio disparó el interés en DOGE, no solo como un activo digital sino también como un fenómeno cultural y político. El siguiente gráfico presenta la evolución de los rendimientos acumulados de varias memecoins durante un período específico, que va desde el 7 de noviembre hasta el 17 de noviembre. Este rally fue liderado por dogecoin la semana pasada.
Este renovado entusiasmo llevó a DOGE a superar en capitalización de mercado a gigantes automotrices como Volkswagen, BMW y Ford, tal como lo reportó CriptoNoticias.
El auge de las nuevas memecoins
Más allá de DOGE, 2024 ha sido un año crucial para la evolución de las memecoins. Esto ha sido impulsado por plataformas como pump.fun, basada en la red de Solana, que ha facilitado la creación de nuevas memecoins.
De hecho, este tipo de herramientas han permitido que la mayoría de las nuevas emisiones de memecoins de este año hayan sido en dicha red.
Estas plataformas permiten a los usuarios lanzar tokens con facilidad, aportando liquidez inicial. Sin embargo, el riesgo sigue siendo alto, ya que mientras algunas memecoins generan ganancias millonarias, el 95% de ellos resultan en pérdidas para los compradores, advierte Kaiko.
Un caso notable es Peanut the Squirrel (PNUT), inspirada en una ardilla eutanasiada tras ser retirada de su hogar por el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York.
Este token, que rápidamente capturó la atención del mercado, alcanzó una capitalización de 1.600 millones de dólares, situándose entre las 100 criptomonedas principales. Su listado en Binance el 11 de noviembre fue un catalizador adicional para su éxito.
Según datos de CoinGecko, la capitalización de mercado de estos tokens en el ecosistema Solana ha superado los 22.000 millones de dólares.
La expansión en los exchanges
El frenesí por las memecoins también se ha reflejado en el número creciente de criptomonedas meme listadas en los exchanges de Estados Unidos.
En 2024, aproximadamente el 35% de los nuevas criptomonedas en exchanges estadounidenses fueron memecoins, un incremento significativo frente al 20% registrado en 2023.
La mayor participación en los exchanges ha incentivado a los creadores de mercado a proporcionar liquidez, llevando la profundidad del mercado de las memecoins en exchanges estadounidenses a un máximo histórico de 110 millones de dólares la semana pasada, como se aprecia en el siguiente gráfico.
“Si bien los tokens meme de gran capitalización como Shiba Inu (SHIB) y DOGE siguen dominando con más del 70% de la participación de mercado de la profundidad total, su participación ha ido disminuyendo gradualmente, lo que indica un creciente interés en tokens más pequeños”, explica Kaiko, firma de análisis.
Los motores detrás del fenómeno
El auge de las memecoins no solo se debe al entretenimiento. Según Binance, estas criptomonedas reflejan valores fundamentales como la descentralización y la transparencia.
Sin embargo, priorizan las ganancias financieras sobre la innovación tecnológica. Este enfoque, combinado con la influencia cultural de los memes y el interés de generaciones jóvenes como millennials y la generación Z, ha convertido a las memecoins en una alternativa atractiva al sistema financiero tradicional, especialmente en un contexto de devaluación del dinero.
Desde el resurgimiento de DOGE hasta la proliferación de nuevas memecoins en redes como Solana, este fenómeno refleja la fusión de cultura digital, innovación económica y aspiraciones financieras. Aunque arriesgadas, las memecoins han demostrado ser un símbolo del poder transformador para la industria y la cultura pop, consolidando su lugar en un mercado que sigue evolucionando a gran velocidad.