Mal comienzo de semana para las criptomonedas. El bitcoin (BTC) trata de recuperarse tras una abrupta caída a últimas horas del viernes y se mantiene cotizando justo por encima de los 66.000 dólares, mientras que el ethereum (ETH) sigue su estela y se sitúa en los 3.550 dólares después de perder más de un 3% en los últimos siete días.
Entre las 'altcoins' encontramos pocos tokens que coticen en positivo. Solana (SOL) suma alrededor de un 1% en las últimas 24 horas, al igual que tron (TRX) y toncoin (TON) también sube, aunque algo menos. Otras criptomonedas como Binance coin (BNB), cardano (ADA), XRP, dogecoin (DOGE) o shiba inu (SHIB), por nombrar algunas, cotiza con pérdidas de hasta el 4%.
Según datos de la firma de análisis blockchain CoinGlass, se liquidaron cerca de 200 millones de dólares el pasado viernes, elevando el total de liquidaciones hasta casi 900 millones en la semana pasada, eliminando así parte del exceso de apalancamiento del mercado. La mayoría de estas posiciones apostaban por precios más altos de las criptomonedas, lo que ha provocado que la ratio largo-corto haya corregido y se sitúe por debajo de 1.
La ratio largo-corto representa la cantidad de un valor disponible para la venta en corto frente a la cantidad realmente prestada y vendida. Se considera un barómetro de las expectativas de los inversores, ya que una ratio por encima de 1 indica un sentimiento positivo del mercado hacia un activo, mientras que una ratio por debajo de 1 refleja que las posiciones cortas superan a las largas.
De igual modo, el interés abierto (OI, por sus siglas en inglés) de BTC se ha reducido en cerca de 3.000 millones de dólares en la última semana. Este indicador mide el número total de contratos de futuros u opciones de BTC en el mercado y una situación como la actual, en la que se está reduciendo, suele indicar un sentimiento bajista creciente.
Así, la criptomoneda reina se encuentra en una situación complicada después de que diversos analistas pronosticaban un ataque a corto plazo a los máximos históricos marcados el pasado mes de marzo, una tesis que se apoyaba en los buenos datos de inflación y otros indicadores macroeconómicos. No obstante, la Reserva Federal (Fed) no ha sido tan positiva para las criptos.
Y es que el banco central estadounidense recortó la pasada semana su proyección de bajadas de los tipos de interés en lo que resta de año, reduciendo la previsión de tres a solo uno. Si bien el mercado considera que esta postura de la Fed es excesivamente conservadora y la mayoría de los analistas sigue pronosticando dos recortes en el segundo semestre de 2024, el ajuste de expectativas de la Fed parece haber hecho mella en el precio de los criptoactivos.
Javier Molina, estratega sénior de mercados de eToro, apunta en esta dirección y también señala a la fortaleza del dólar estadounidense como un factor que estaría lastrando al bitcoin.
"A medida que este activo atrae a inversores más sofisticados, indicadores como los futuros de los fondos federales y las tasas de interés reales se han vuelto cruciales para entender sus movimientos de precios. Un factor clave a considerar es la importancia del dólar estadounidense (DXY). El índice del dólar, influenciado por elementos como la inflación y las tasas de interés, resulta ser más relevante para las correlaciones con bitcoin que con las acciones. Esto sugiere que los movimientos del dólar pueden tener un impacto significativo en el comportamiento de bitcoin", apunta Molina.
En este sentido, los analistas de K33 Research destacaban la pasada semana un aumento de la correlación entre el bitcoin y la renta variable, un factor que podría explicar su volatilidad en las últimas jornadas. Según Molina, es cierto que esta correlación ha aumentado (pasando a un 0,26 de media móvil en 90 días), esta conexión todavía es "débil", lo que explicaría "por qué las acciones pueden estar subiendo mientras que bitcoin no sigue la misma tendencia".
Desde un punto de vista técnico, pocas novedades. Molina subraya que la criptomoneda reina sigue atascada dentro del canal de precios delimitado por los 60.000 dólares abajo y los 72.000 dólares arriba y se mantiene a la espera de nuevos catalizadores. "Seguimos viendo esa descorrelación con el S&P 500 y la caída de volatilidad es importante. Toca superar los 72.000 para atacar con fuerza los 73.000 y entrar en zona de descubrimiento de precios. Como soportes, una vez perdidos los 68.500, nos quedamos con los 66.200 antes de ir a por los 63.800 dólares", sentencia.