Brian Armstrong, CEO de Coinbase, ha instado a los legisladores estadounidenses a permitir que los usuarios ganen intereses sobre sus tenencias en stablecoins. Según el empresario, «tanto los bancos como las empresas de criptomonedas deberían tener la oportunidad de compartir estos incentivos con sus clientes».
En un ensayo publicado recientemente, el desarrollador fue tajante al afirmar que «la política estadounidense no debe proteger a los bancos a expensas de la innovación o del público». Aunque reconoce que las stablecoins ya se han consolidado fuertemente en el mercado, lamenta que aún no se haya «desbloqueado una pieza fundamental del rompecabezas», la cual beneficiaría tanto a la persona promedio como a la economía en su conjunto… Se refiere a los intereses on-chain.
De este modo, el líder de Coinbase comenta que, mientras los emisores de stablecoins obtienen rendimientos a partir de inversiones seguras, como bonos del Tesoro, estos beneficios rara vez llegan a los titulares de los activos. En su opinión, permitir el llamado «interés onchain» —es decir, la distribución directa de estos rendimientos a los usuarios— no solo fomentaría la innovación, sino que también haría que el sistema financiero fuera más equitativo y accesible.
A continuación, Armstrong expone tres razones por las que el interés on-chain beneficia a todas las partes. En primer lugar, explica que los consumidores estadounidenses serían los más favorecidos, ya que la inflación ha erosionado significativamente su poder adquisitivo. Para el empresario, los bajos rendimientos de las cuentas de ahorro tradicionales no ayudan en nada.
En segundo lugar, destaca el impacto global de las stablecoins, pues millones de personas aún carecen de acceso a servicios bancarios y ven cómo la volatilidad de sus monedas locales diluye sus ahorros. Obtener dólares estadounidenses ya es un desafío para muchos, pero acceder a instrumentos financieros que generen intereses es aún más complicado.
Por último, Armstrong alega que el interés on-chain también fortalecería la economía estadounidense en su conjunto. Argumenta que las stablecoins ya figuran entre los mayores tenedores de bonos del Tesoro de EE. UU., y que en pocos años podrían convertirse en los principales compradores de estos activos. Al ampliar el acceso al dólar, esta tecnología reforzaría su dominio en la economía mundial y canalizaría más capital hacia los bonos del Tesoro. Además, si los consumidores pudieran obtener rendimientos justos, habría un incremento en el gasto, el ahorro y la inversión, impulsando así el crecimiento económico tanto en EE. UU. como en los países donde circulen las monedas estables.
Vale destacar que la reciente aprobación de la stablecoin YLDS supone una postura que respalda a Brian Armstrong. Con una tasa de interés anual del 3,85%, basada en el SOFR (Secured Overnight Financing Rate), la empresa Figure Markets no solo introduce una nueva herramienta de pago, sino que también demuestra el potencial de la tokenización para transformar las finanzas tradicionales. La amplia adopción de estos instrumentos resalta cómo las stablecoins pueden convertirse en vehículos de inversión accesibles para todos.
En un momento clave para la regulación del sector, actualmente se presentan dos proyectos de ley en EE. UU. que se enfocan en stablecoins. El primero, la Ley STABLE, busca establecer un marco general de operación y emisión, promoviendo la innovación dentro del ecosistema de las criptomonedas. En paralelo, la Ley GENIUS avanza con una propuesta más específica, que otorga al secretario del Tesoro la autoridad para congelar las transacciones de stablecoins como USD Tether (USDT) y USD Coin (USDC) en caso de sospechas de fraude.