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Con la próxima toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero, la industria de las criptomonedas en Estados Unidos está más atenta que nunca. Durante su campaña, Trump se autodenominó el «presidente cripto» prometiendo un entorno más favorable para este sector, y ahora su equipo enfrenta una presión significativa para que esas promesas se conviertan en acciones concretas desde el primer día de su administración.
Órdenes ejecutivas para impulsar las criptomonedas
Las expectativas se centran en una serie de órdenes ejecutivas que podrían marcar un antes y un después en la adopción de las criptomonedas en el país. Entre las propuestas que la industria cripto está promoviendo se encuentran:
- La creación de una reserva nacional de Bitcoin. Se plantea que Bitcoin sea tratado como un activo estratégico, con una inversión inicial de $21.000 millones para acumular un stock significativo. Esto no solo fortalecería la posición de EE. UU. frente a rivales geopolíticos, sino que también podría aprovechar la creciente valoración de Bitcoin, que recientemente alcanzó máximos superiores a los $106.000.
- Acceso al sistema bancario para empresas cripto. Durante los últimos años, varias empresas de blockchain y criptomonedas han denunciado la dificultad de acceder a servicios bancarios debido a la presión regulatoria. Se espera que Trump emita directivas para promover una relación más fluida entre bancos y empresas cripto.
- Creación de un consejo de la industria cripto. Esta entidad sería clave para estructurar y guiar las decisiones regulatorias en torno al sector, brindando un canal directo entre las autoridades y los líderes de la industria.
Un cambio drástico frente al enfoque de la administración Biden
Bajo la administración de Biden, el sector cripto enfrentó restricciones más estrictas debido a preocupaciones sobre crímenes financieros y volatilidad. En contraste, Trump ha prometido «desbloquear la innovación» y revertir las medidas que han dificultado el crecimiento de la industria.
Su equipo ya incluye figuras clave como Paul Atkins, un defensor de las políticas pro-cripto, y David Sacks, quien será el encargado de dirigir la estrategia relacionada con criptomonedas desde la Casa Blanca.
Un portavoz de la transición de Trump señaló que su administración tomará medidas contundentes para hacer frente a lo que denominan un esfuerzo gubernamental por «sofocar la innovación» en cripto. En este contexto, las órdenes ejecutivas se convierten en una herramienta política que podría sentar las bases de una nueva era regulatoria.
Desafíos legales y regulatorios
Sin embargo, no todo es tan simple. Si bien las órdenes ejecutivas pueden enviar mensajes claros sobre las prioridades de la administración, la efectividad de estas depende de varios factores. El sector bancario, por ejemplo, está regulado de forma independiente, lo que limita el alcance de cualquier directiva presidencial.
Del mismo modo, la creación de una reserva nacional de Bitcoin requeriría probablemente el visto bueno del Congreso debido al alto gasto público que implicaría.
«Este tipo de pasos son más simbólicos que efectivos en el corto plazo, pero dan una idea clara de hacia dónde quiere ir esta administración», señaló Jonah Krane, socio de Klaros Group.
¿Qué sigue para las criptomonedas?
La llegada de Trump al poder podría marcar una nueva etapa de crecimiento para las criptomonedas en EE. UU. Sus planes para construir una regulación más acorde a las necesidades de la industria, así como la propuesta de un enfoque estratégico hacia Bitcoin, podrían consolidar al país como líder en adopción cripto.
Sin embargo, la implementación de estas políticas no estará exenta de barreras. La industria, por su parte, se encuentra lista para aprovechar las oportunidades de un enfoque presidencial más favorable. Ahora queda por ver si Trump cumplirá con sus ambiciosas promesas y cómo estos cambios transformarán el panorama cripto en 2024.