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En diciembre pasado se supo que el Société Générale-FORGE (SG-FORGE), una filial del Grupo Société Générale, uno de los bancos más importantes y antiguos de Europa, lanzó su propia stablecoin.
La moneda estable, llamada EUR CoinVertible (EURCV), está basada en Ethereum y ya está listada en Bitstamp y otros exchanges de criptomonedas. Su creación representa una nueva jugada con la cual la institución financiera se monta en la ola que están siguiendo muchos otros bancos de Europa y de varias partes del mundo.
Es el caso de otras instituciones financieras, como JP Morgan en Estados Unidos, que lanzó JPM Coin; BTG Pactual de Brasil que emite BTG Dol; y el National Australia Bank de Australia, con el AUDN.
La idea es que inversionistas del ecosistema de criptoactivos, así como los participantes de los mercados financieros tradicionales que lo deseen, puedan realizar transacciones basadas en monedas estables, particularmente las que están disponibles en esos bancos.
En ese sentido, las monedas permiten realizar operaciones transfronterizas y cambios de divisas dentro de la estructura financiera tradicional. La mayoría de ellos las ofrece como una alterativa al sistema SWIFT de los bancos y a las grandes stablecoins del ecosistema de las criptomonedas.
Con tales lanzamientos los bancos buscan otra vía para incursionar en el sector de las criptomonedas, evitando los que ellos denominan como los “riesgos” relacionados con este tipo de activos.
En ese sentido, según lo informado por Société Générale, la stablecoin EURCV está diseñada para cerrar la brecha entre los mercados de capital tradicionales y el ecosistema de activos digitales, todo ello operando dentro del marco regulatorio vigente.
Las monedas estables cierran la brecha entre las monedas fiduciarias tradicionales y las criptomonedas, ofreciendo lo mejor de ambos mundos debido a su estabilidad y conjunto de características en cadena, al tiempo que respaldan nuestro objetivo de una mayor inclusión financiera.
Société Générale-FORGE.
Los bancos apuntan de esta forma a proporcionar a sus clientes la oportunidad de ejecutar las transacciones entre el sistema financiero tradicional y la economía digital.
En pocas palabras, el objetivo principal de estas stablecoins bancarias es resolver el problema de la volatilidad de las criptomonedas, emitiendo un activo digital vinculado a otro activo con un valor estable. En este caso con monedas fíat como el dólar o el euro, según explican.
Al respecto, el director de estrategia corporativa del fondo de inversiones WisdomTree, William Peck, indica que, con este tipo de productos, las instituciones financieras también buscan atraer a los comerciantes de criptomonedas, respondiendo a sus crecientes demandas. Esto, al tiempo de posicionarse en una industria que se halla actualmente en rápida evolución.