Según el FMI, la tributación de las criptomonedas sigue siendo un desafío complejo y enigmático para las administraciones tributarias de todo el mundo. Según un reciente estudio titulado “Taxing Cryptocurrencies“, se estima que cada año se pierden hasta 400,000 millones de euros en ingresos fiscales debido a los problemas de tributación presentados por las criptomonedas.
El FMI comparó los desarrollos en el ecosistema cripto como un “Salvaje Oeste”. Es decir, un entorno en el que las actividades criminales son fomentadas. Esto habría traído complicaciones a las administraciones públicas, en especial a nivel del sistema tributario y judicial.
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FMI: Las criptomonedas han pasado a ser un problema fiscal
“Para algunos, estos desarrollos presagian un nuevo mundo feliz en el que las personas se liberan de la supervisión de
el gobierno y la confianza en las instituciones financieras, poniendo su confianza en cambio en protegido criptográficamente los libros de contabilidad distribuidos y los costos de transacción finalmente se reducen considerablemente. Y, más allá de esto, crypto es el presagio de una innovación más amplia en forma de finanzas descentralizadas que extenderán estos beneficios a lo largo del sistema financiero”.
El informe destaca como las criptomonedas se están convirtiendo en un problema fiscal cada vez más relevante. No obstante la actitud de la institución hacia las mismas sigue siendo reservada e incluso se compara a los mercados de criptomonedas como una alternativa poco fiable, algo similar al discurso de Joe Biden.
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La implementación de un impuesto del 20% sobre las ganancias de capital de las criptomonedas en 2021 habría generado alrededor de 100,000 millones de dólares a nivel mundial. Sin embargo, esta cifra representa solo alrededor del 4% de los ingresos del impuesto sobre la renta empresarial global. Es decir, un 0,4% de la recaudación total de impuestos.
Dado el tamaño actual del mercado de criptomonedas, los ingresos fiscales globales derivados de estos impuestos se estiman en menos de 25,000 millones de dólares al año. Es decir, una cantidad relativamente baja en comparación con otros impuestos.
La dificultad para recaudar impuestos sobre las criptomonedas radica en su naturaleza única y en su funcionamiento. La capacidad de mantener el anonimato dificulta la identificación de los titulares y, por lo tanto, la aplicación de la imposición correspondiente. Esto ha llevado a un aumento de las actividades de evasión fiscal y blanqueo de dinero utilizando criptomonedas. Dificultando aún más los esfuerzos de las autoridades fiscales para controlar estas transacciones.
Además, la falta de consenso internacional sobre cómo gravar adecuadamente las criptomonedas y la falta de regulación específica para estos activos complican y contrarrestan aún más el proceso de recaudación fiscal. Los sistemas fiscales actuales fueron diseñados antes de la aparición de blockchain y no estaban preparados para abordar las complejidades de las criptomonedas.
FMI recomienda mayor vigilancia fiscal a los mineros
Una de las propuestas del FMI para mejorar la recaudación de impuestos sobre las criptomonedas es establecer mayores obligaciones de información para los mineros de criptomonedas en el momento de su creación. Otras opciones podrían incluir impuestos basados en el impacto medioambiental de las operaciones de minería.
“El tratamiento del IVA de las tarifas y las criptomonedas recién acuñadas recibidas por los mineros también requiere una política clara. En principio, no parece haber ninguna razón por la que —una vez más, excepto a modo de crear un (des)incentivo deliberado- estos no deberían estar sujetos al IVA en su totalidad, con el correspondiente derecho al crédito del IVA cobrado sobre los insumos. Mientras esto es generalmente reconocido como buena práctica, en la práctica muchos IVA eximen las tarifas de los servicios financieros. Esto resultará en la sobretasa del uso comercial de criptomonedas (debido al IVA soportado no recuperado de los mineros) y sub-tributación del uso individual.”
Algunos países como España, han decidido asumir el liderazgo implementado algunos tributos sobre las criptomonedas, pero se enfrentan a desafíos significativos. La falta de cooperación de las plataformas de criptomonedas, especialmente aquellas ubicadas en paraísos fiscales, dificulta la recolección de información sobre las ganancias de los titulares de criptomonedas.
Los expertos sugieren que se necesita un intercambio automático de información entre las autoridades tributarias de todo el mundo. Este sería similar al que se implementó con éxito en el impuesto de sociedades global, pero esto requeriría tiempo y cooperación internacional.
La declaración de criptomonedas sigue siendo problema, en especial en España
En una entrevista con el diario español La Vanguardia, José María Mollinedo, secretario general de los Técnicos de Hacienda destacó que las plataformas con las que operan los titulares de las criptomonedas deberían informar a las autoridades tributarias de las eventuales ganancias. Pero aquellas ubicadas en el extranjero no siempre cumplen, especialmente aquellas en paraísos fiscales.
El FMI por su parte afirma que si se comparan los impuestos de las criptomonedas con el impuesto sobre las plusvalías, solo en la Unión Europea, esto representa un aproximado del 0.3.
“Es difícil escalar esto en relación con los ingresos de la tributación del impuesto sobre las plusvalías personales en la UE, que muchos países no declaran. Pero, por ejemplo, Thiemann (2021) sugiere que esto es alrededor del 0,3 por ciento de los ingresos totales por impuestos a la propiedad en la UE; y eso se compara con los ingresos por impuestos sobre las ganancias de capital solo en el Reino Unido (no incluido en la muestra) de alrededor de 12 000 millones EUR.”
Dado el tamaño actual del mercado de criptomonedas, los ingresos fiscales globales derivados de estos impuestos se estiman en menos de 25.000 millones de dólares al año. Una cantidad relativamente baja en comparación con otros impuestos.
La tesis que postula la adopción de las criptomonedas como clave para fomentar la fiscalidad también se ve criticada por el estudio. En particular, el FMI destaca lo siguiente en el caso de la tributación con Bitcoin en El Salvador:
“En El Salvador, donde las empresas deben aceptar Bitcoin desde septiembre de 2021, solo alrededor del 20 por ciento lo hace, y solo alrededor del 5 por ciento de todas las ventas son de esta forma (Álvarez et al., 2022). La falta de familiaridad, los altos costos de transacción y la volatilidad impiden el uso rutinario de las criptomonedas para realizar compras. La fiscalidad, como se verá, también puede desalentar el uso de criptomonedas como medio de pago”.