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Como consecuencia del colapso del grupo FTX, el compilado de empresas dirigidas por Sam Bankman-Fried (alias SBF) ahora tiene una reserva de efectivo de apenas USD 1.200 millones, tal como lo sugieren documentos judiciales. Se trata de casi USD 2 mil millones menos de los requeridos para pagarle a sus principales acreedores.
Una reciente publicación del asesor financiero de FTX, Alvarez & Marsal North America, revela que de los USD 1.200 millones que se poseen, cerca de USD 751 millones están en manos de entidades deudoras, mientras que USD 488 millones, en no deudoras.
La firma indica que USD 514 millones están representados en efectivo sin restricción, USD 260 millones en custodia y USD 465 millones en efectivo restringido. Este último monto es el que se suele usar para reembolsos de préstamos, y no para fines comerciales, según reseña CoinDesk.
Alameda Research, empresa vinculada a FTX, es la que tiene la mayor reserva de efectivo de las entidades que conforman el grupo. De acuerdo con la firma asesora el monto sería de unos USD 393 millones. En tanto, FTX Japan, la filial de la casa de cambios en el país nipón, tiene una reserva de USD 171 millones en efectivo
Según Alvarez & Marsal North America, el grupo de FTX tiene, al 20 noviembre de 2022, una deuda de USD 3.100 millones con sus 50 principales acreedores. Esto significa que el conglomerado de compañías está insolvente y en default, con un saldo negativo de USD 1.900 millones.
La propia empresa confirmó la deuda a sus principales acreedores por más de USD 3 mil millones. Lo hizo el domingo 20 de noviembre, como lo señalaron en Twitter analistas de Messari, una empresa de análisis de cadenas de bloques.
Hay que señalar que FTX podría tener más de un millón de acreedores, según lo expuesto por las nuevas autoridades de la empresa en una declaración de quiebra actualizada la semana pasada.
Como lo reportó CriptoNoticias, FTX, que llegó a ser uno de los exchanges de bitcoin y criptomonedas más grandes del mercado, entró en debacle y, en menos de una semana, se declaró en bancarrota.
El colapso se debió al presunto mal manejo y apropiación indebida de fondos de los usuarios por parte de SBF, a quien se le señala de haber financiado a su otra empresa, Alameda Research, con el dinero de los inversionistas.