- A medida que emerge IOTA 2.0, crecen las especulaciones sobre el destino del token de Shimmer (SMR) y su relación con el nuevo token de IOTA.
- La asociación simbiótica entre IOTA y Shimmer se enfrenta a obstáculos regulatorios, pero promete dar forma al futuro del intercambio de valor y la interacción M2M.
En el ámbito de las transacciones sin contacto y las economías de máquina a máquina (M2M), IOTA y Shimmer son los dos proyectos que destacan, ya que ambos aprovechan la innovadora tecnología Tangle, una estructura de grafo acíclico dirigido (DAG). Sin embargo, con la reciente introducción de IOTA 2.0, surgen preguntas sobre la relación entre estos proyectos y el papel que desempeñan sus tokens en este panorama en evolución.
Fundada en 2017, IOTA pretendía transformar el panorama del Internet de las Cosas (IoT) con su tecnología Tangle, sin sentimientos y escalable. Su modelo de transacción elimina las comisiones, por lo que es ideal para las economías M2M en las que numerosos dispositivos participan en intercambios de datos o valor. El token IOTA (IOTA) impulsa esta red, facilitando las transferencias de valor y datos al tiempo que sirve como mecanismo de seguridad.
Shimmer, que debutó en 2022, surgió como plataforma experimental para el ecosistema IOTA. Este entorno ágil sirve como plataforma de pruebas para nuevas funciones y tecnologías destinadas a integrarse en la red principal de IOTA. El token nativo de Shimmer, SMR, funciona de forma similar a IOTA dentro de la red Shimmer. Sin embargo, cuenta con un suministro menor y emplea un mecanismo de distribución distinto.
La presentación de IOTA 2.0 desata especulaciones sobre el destino de Shimmer
Desde su lanzamiento en octubre de 2023, IOTA 2.0 ha generado una gran expectación en la comunidad de criptomonedas. Con su innovador protocolo Coordicide, que elimina el nodo Coordinador central, IOTA 2.0 promete revolucionar la descentralización. Sin embargo, sus implicaciones para Shimmer y su token nativo, SMR, siguen siendo un tema de intriga.
Aunque Shimmer e IOTA funcionan como redes distintas, comparten una asociación simbiótica. Las características probadas con éxito en Shimmer a menudo allanan el camino para su integración en IOTA 2.0, mejorando ambos ecosistemas. Sin embargo, la introducción de un token independiente por parte de IOTA 2.0 introduce complejidades. Surgen dudas sobre la posible migración de tokens, los problemas de interoperabilidad y la relación entre SMR y el nuevo token IOTA.
Ambos proyectos se enfrentan a obstáculos, como las ambigüedades normativas en torno a las transacciones sin sentimientos y el imperativo de una adopción más amplia. La transición a IOTA 2.0 exige una planificación estratégica y la participación de la comunidad.
Sin embargo, las recompensas potenciales son sustanciales. A medida que crece la demanda de microtransacciones sin fisuras, especialmente en escenarios máquina a máquina (M2M), IOTA y Shimmer se encuentran en una buena posición. Su firme compromiso con las transacciones sin contacto, combinado con las innovaciones de IOTA 2.0, subraya su importancia para dar forma al futuro del intercambio de valor y la interacción M2M