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La banca española sondea el próspero e incierto ‘territorio cripto’

source-logo  abc.es 05 Diciembre 2021 05:36, UTC

Ha pasado de ser un fenómeno casi anecdótico a convertirse en un importante polo de atracción para todo tipo de inversores, incluso fuera de los círculos más especializados. El mercado de las criptomonedas, con el bitcoin a la cabeza, ha experimentado un crecimiento vertiginoso hasta el punto de que el pasado 8 de noviembre superó por primera vez en su historia los tres billones de dólares... unos números demasiado jugosos como para ser ignorados. La pujanza de las divisas virtuales ha hecho que sectores tradicionales como el bancario empiecen a seguir de cerca su evolución para, llegado el momento, ofrecer a sus clientes productos vinculados a estos activos.

El economista Carmelo Tajadura defiende que las entidades españolas terminarán

 por explorar el universo ‘cripto’. «La banca tiene que dar servicio a su clientela, por lo que ese negocio se acabará incorporando a la oferta, aunque con bastante probabilidad focalizada en un primer momento en el segmento de más renta», afirma. Incide, eso sí, en que previamente, al ser activos de elevado riesgo, «debería estar adecuadamente reglamentado y su distribución se tendría que hacer con todas las garantías».

Tal y como explica José Luis García Ortega, Managing Director de la consultora Alvarez & Marsal, en Estados Unidos bancos de inversión como JP Morgan o Goldman Sachs ya se han adentrado en el negocio, dando servicios de custodia y de ‘trading’, y en jurisdicciones como Suiza siete grandes bancos operan hoy en criptomonedas. En el sector financiero español, las entidades también lo tienen en su radar, aunque aún son prudentes a la hora de ofrecer servicios relacionados con criptodivisas. «En España existen bancos nacionales interesados y estamos asesorándoles para que puedan ofrecer a sus clientes el acceso a este mercado. Sin embargo, hay factores que hoy por hoy están haciendo que las entidades financieras vean este negocio con ciertas reservas», asegura.

«El primero es la falta de regulación alrededor de este tipo de activos, tanto en su emisión como en los servicios que los bancos podrán ofrecer», detalla. Por otro lado, dice, debido a las características de estos activos, los bancos deberán tener claridad sobre los requerimientos en lo relativo a prevención de blanqueo de capitales, origen o procedencia de las criptodivisas, etc., que añadirán complejidad a la operativa que deberán implementar para ofrecer estos servicios con todas las garantías y no verse sometidos a posibles sanciones o incurrir en costes reputacionales.

«Otro aspecto a dirimir por los bancos, dada la complejidad y alta volatilidad de estos activos, será el perfil de los clientes a los que ofrecerán este tipo de servicios», añade. Aun así, considera que, una vez el marco regulatorio esté fijado, este negocio será muy atractivo para la banca dada la elevada transaccionalidad, alta rentabilidad y el gran volumen de capitalización que el mercado de activos digitales comienza a tener. Y es que, como señala Eduardo Areilza, Senior Director de Alvarez & Marsal, «es un negocio que ha venido empujado casi por los propios clientes, que han sido los que estaban pidiendo acceso a inversión».

Desde la Asociación Española de Banca (AEB) indican a este diario que «algunos de los riesgos o problemas potenciales que se observan en el mercado de criptoactivos en relación con la falta de transparencia del mercado, la protección de los clientes, la resiliencia operativa o la integridad del mercado se derivan de la falta de un marco regulatorio que ordene completamente el mercado y otorgue las suficientes garantías a sus participantes». Por ello, resaltan que para los bancos, que son los agentes más regulados y supervisados del sistema financiero, es clave contar con un marco legal claro en el que operar.

Ansiada regulación

Cabe recordar que la Comisión Europea presentó en septiembre su propuesta de reglamento para el mercado de criptoactivos –MiCA–, que está a punto de entrar en su última fase de negociación para ser aprobada. Esta norma, como reconocen desde la patronal, marcará un punto de inflexión: «Será clave para la eventual participación de los bancos en este mercado porque proporcionará la seguridad normativa que muchos de sus participantes –bancos incluidos– necesitan, garantizando la igualdad de condiciones y un marco armonizado que permitirá el desarrollo de un mercado seguro en Europa».

Todos esperan a que entre en vigor el reglamento para tomar decisiones. «El problema de las criptodivisas para la banca tradicional es que en Europa continúa siendo una materia alegal, es decir, no es ilícito per se, pero tampoco tiene una normativa que la cubra. Por ello, las entidades de momento están mostrando más interés en la tecnología ‘blockchain’ y cómo se puede incorporar a los procesos para ganar eficiencia», comenta Beatriz Castro, consultora senior del área de servicios financieros de AFI. En su opinión, mientras el contexto actual se mantenga, habrá «poco movimiento» en el negocio ‘cripto’.

Según explican fuentes del sector consultadas por este diario, hasta que llegue la regulación europea, hay bancos de nuestro país que lo que sí están haciendo es ofrecer productos de terceros bajo la modalidad de ejecución únicamente, es decir, siempre que sea el cliente el que lo solicite y haya sido calificado como idóneo para este tipo de inversiones. El banco se limita, así, a ser un mero ejecutor de la orden, pero sin asesorar o hacer ninguna intermediación más allá de la compra del producto.

¿Y en el futuro, de qué forma entrarán los bancos a competir en este negocio? Beatriz Castro cree que el mercado de las criptomonedas ofrecerá muchas posibilidades, por lo que «cabe esperar que traten de sacar partido por todas las vías posibles, aunque dependerá de la estrategia de cada entidad».

En opinión de Tajadura, las entidades que se animen a lanzar servicios orientados a estos activos digitales lo harán como meros facilitadores, sin promocionar la inversión y con salvaguardas. «El asesoramiento quedaría limitado, en su caso, para los segmentos de alto patrimonio, al menos en una primera fase, como en cualquier otro activo», apunta. «Y, por supuesto, que la banca intermediase criptodivisas (dando créditos, invirtiendo, etc…) no lo veo, al menos por ahora, aparte de que tendría un enorme coste de capital», añade.

José Luis García Ortega, de Alvarez & Marsal, cuenta que, por ejemplo, en Estados Unidos, JP Morgan y Goldman Sach sí que están asesorando sobre la compra y venta de este tipo de activos, pero solo a perfiles de inversores con gran conocimiento del mercado y apetito al riesgo. «No se abrirá al público masivo, sino a ciertos inversores que cumplan una serie de condiciones bastante restrictivas», asevera.

La CNMV calcula que hay más de 7.000 criptomonedas en el mercado con características similares a las del bitcoin

Aunque no hay cifras que recojan con fiabilidad el número de españoles que tienen criptomonedas, el ecosistema se extiende de forma imparable. Según una encuesta de Statista realizada este año, en nuestro país un 10% de la población posee y usa estos activos digitales, lo que supone unos cuatro millones de personas.

Hasta la fecha, entre la gran banca española, Santander ha sido quien ha dado un paso de envergadura, ya que está ultimando los detalles de sus ETFs (fondos cotizados) de bitcoin, tal y como avanzó su presidenta, Ana Botín, a Bloomberg. Al ser preguntado sobre posibles lanzamientos de productos, el consejero delegado del banco, José Antonio Álvarez, dijo en un reciente foro organizado por ‘elEconomista’, que lo estaban todavía analizando de la mano de la CNMV.

Custodia digital

Cecabank también prevé entrar en este negocio. «Como banco custodio de referencia en España y Portugal, no puede permanecer al margen de la irrupción de la inversión en activos digitales», sostienen desde la firma. «Nuestra aspiración es erigirnos en la entidad líder en servicios de custodia digital, como una evolución natural de nuestro negocio, manteniendo los principios de prudencia, confianza y reputación en el mercado que nos definen. Por ello, estamos elaborando nuestra hoja de ruta para contemplar todas las oportunidades de este nuevo modelo, siempre de la mano de los reguladores y supervisores», subrayan.

BBVA, por su parte, desplegó en junio su servicio comercial de compraventa y custodia de activos digitales en Suiza para clientes de banca privada, que permite gestionar transacciones en bitcoin y tener depósitos con esta criptomoneda. Desde la entidad recalcan que no ofrecen asesoramiento para la inversión en este tipo de activos, sino que se limitan a ser un facilitador para quienes deseen custodiar e invertir en criptomonedas como en otro tipo de activos financieros.

Caixabank tampoco ofrece ningún servicio relacionado con criptomonedas y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, se ha mostrado muy crítico al respecto. «No tengo criptomonedas ni ganas de invertir porque no entiendo cuál es el valor intrínseco», declaró en un foro bancario organizado esta semana por ‘elEconomista’. El ejecutivo afirmó sentirse preocupado por el tamaño que está adquiriendo este mercado, dos veces superior al que tenía Lehman Brothers cuando quebró. «Aquí hay un riesgo de inestabilidad importante», dijo. Asimismo, advirtió de que existe una elevada cantidad de dinero negro metido en estas divisas digitales. «Como hay muchas maneras de entrar en el mundo de las criptomonedas sin necesidad de pasar por Caixabank, nosotros no tenemos todavía la comodidad de asesorar o facilitar eso», zanjó Gortázar.

Pero, según el consenso de los expertos, cuando se supere la barrera de la regulación, los bancos tradicionales se subirán al tren en marcha de las criptomonedas. «Están esperando al reglamento europeo, que será el pistoletazo de salida para que puedan participar con garantías y certidumbre», apunta Castro, de AFI. Desde la patronal de la banca española subrayan que «los bacos podrían convertirse en una alternativa más segura para canalizar la demanda de los clientes, que, a falta de otras alternativas, acuden a canales con otros estándares de control o seguridad». En cualquier caso, desde la AEB ponen el foco en que ello no elimina los riesgos para los usuarios de invertir en un mercado que, en parte, tiene un componente altamente especulativo en la actualidad.

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