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Granjas solares Bitcoin da una lección a Ethereum de cómo hacer más limpia la minería

source-logo  criptonoticias.com 02 Julio 2022 05:16, UTC

La red Ethereum se acerca cada vez más a su meta de dejar de lado la minería teniendo entre sus argumentos el impacto ambiental de esta actividad y Bitcoin, por su parte, continúa minando con energía renovable. De haber una sola respuesta correcta, ¿cuál de los dos enfoques es el correcto? 

Uno de los argumentos de Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, para dejar de lado la minería de criptomonedas en dicha red es su impacto ambiental. No es un secreto que la prueba de trabajo (PoW), algoritmo de consenso que usan redes como Bitcoin, Monero y (por ahora) Ethereum, requiere un alto consumo de electricidad que utiliza el hardware minero pueda procesar datos lo más rápido posible. 

Sin embargo, el avance de la tecnología ha permitido que el incremento en el hashrate del hardware dedicado a la minería no sea proporcional al de su consumo eléctrico. Para ejemplificar este punto se puede comparar un Antminer S9, lanzado a la venta en el 2017, y un Antminer S19 Pro+ Hyd, de este año. 

El S9 ofrece un hashrate de 13 TH/s mientras consume 1300W. En cambio, el S19 Pro+ Hyd alcanza los 198 TH/s consumiendo 5445W de energía. Ciertamente el consumo del más potente es mucho mayor, pero la proporción del poder de minado que ofrece el minero más nuevo es mucho mayor. Harían falta 15 Antminers S9 para igualar el hashrate del S19 Pro+ Hyd, pero estos consumirían 19800W; es decir, se gastaría casi cuatro veces más energía. 

Ethereum sin minería: más verde que Bitcoin, pero menos seguro y más fácil de controlar 

El paso de Ethereum de PoW a PoS (prueba de participación) implicaría un consumo de energía 2.000 veces menor que el actual en esta red, basado en la minería con tarjetas gráficas y hardware ASIC. Esta afirmación viene de parte de Carl Beekhuizen, investigador de la Fundación Ethereum, citado por CriptoNoticias en una publicación anterior. 

El problema es que, lograr una reducción tal en consumo energético podría terminar siendo muy costoso a nivel de seguridad y centralización para la red Ethereum. De acuerdo con el autor del libro «The bullish case for Bitcoin», Vijay Boyapati, la prueba de participación «es un sistema financiero con motivaciones políticas, envuelto en una fina capa de criptografía».

A lo que Boyapati hace referencia en la cita anterior es que cualquier persona, entidad o gobierno, con suficiente dinero, logra tener acceso a un poder de decisión superior con relativa facilidad, gracias al algoritmo de consenso PoS. Esto se debe a que solo hace falta dinero para alcanzar el control. 

El argumento expuesto por Boyapati invalida uno de los que presentó Vitalik Buterin en defensa de PoS, en una publicación reseñada por CriptoNoticias en su momento. El cofundador de Ethereum señaló que, además de los ataques que pueden venir desde dentro de la red (hechos por mineros o nodos y que pueden carecer de incentivos), también hay que considerar que pueden venir fundamentados en intereses de agentes externos a ella. Irónicamente, PoS facilita a el acceso al poder a actores externos a la red. 

La minería sirve como un muro de contención para Bitcoin 

En Bitcoin, a diferencia de redes con PoS, es necesario poder de cómputo para tener cierto nivel de control sobre la red y este no se logra llenándose los bolsillos de más bitcoins. De hecho, no es tan simple como comprar una cantidad exorbitante de hardware minero y apilarlo en un complejo. 

Para ejecutar la minería de bitcoin a gran escala hace falta también armar una infraestructura, tener acceso a suficiente energía eléctrica, personal de mantenimiento, entre otros aspectos importantes. Además, el acceso a equipos ASIC es limitado, lo que representa una barrera que dificulta que cualquiera pueda obtener todo el control que quiera sobre la red de la noche a la mañana. 

La realidad sobre el consumo energético de Bitcoin 

Bitcoin suele ser acusado de dejar una profunda huella ambiental en el planeta. Este argumento que se basa en el alto consumo eléctrico de la minería de BTC. Lo que muchos portavoces de este planteamiento ignoran es que, la minería de bitcoin demanda la mitad de la energía utilizada por bancos y por la minería del oro. 

Ya para el 2020, más del 70% de los mineros de bitcoin usaban energía hidroeléctrica y otras fuentes renovables para suplir parcial o totalmente su demanda de electricidad, según datos del Cambridge Center for Alternative Finance (CCAF).

Asimismo, una investigación del activista ambiental e inversionista en tecnología climática, Daniel Batten, afirma que la minería de bitcoin podría colaborar en la desaceleración del calentamiento global. Esto lo haría mediante el uso de energía térmica proveniente de la combustión limpia de gas metano quemado en campos petroleros y vertederos, como lo reseñó CriptoNoticias anteriormente. 

Lo que convierte a la minería de Bitcoin en un candidato ideal para usar esta técnica es que no requeriría una red de transporte del gas obtenido, sino que podría instalarse una granja portátil de minado que aproveche esta energía. De este modo, citando a Batten, «Bitcoin puede reducir las emisiones de metano en un 23%».

Bitcoin brilla como el sol

La energía solar viene tomando protagonismo entre las fuentes que alimentan a la minería de bitcoin. En lo que va del 2022, son varios los proyectos de minería a gran escala que han anunciado que se abastecerán de energía fotovoltaica. 

El de mayor renombre es el de la granja de minería de bitcoin que se instalará en Texas, Estados Unidos. En su puesta en marcha están involucradas las empresas Blockstream, que cuenta Adam Back (desarrollador de Bitcoin) como su CEO; Tesla, de Elon Musk y Block Inc., del cofundador de Twitter, Jack Dorsey. 

Otro proyecto de minería a gran escala que funcionará con poder solar es el de Aspen Creek, cuyas instalaciones en Colorado, Estados Unidos, producirán tanta energía que la compartirá con la red del sistema eléctrico local.

En América Latina también hay iniciativas encaminadas hacia la producción de energía fotovoltaica para abastecer la demanda de la minería de Bitcoin. En México, la empresa Red Girasol está en proceso de crear su granja de minería de Bitcoin en el estado de Puebla. Los habitantes de esta localidad también podrán verse beneficiados por medio de créditos para incursionar en la minería. 

De parte de Centroamérica, El Salvador sigue llevando la batuta en cuanto al desarrollo bitcoiner. En este caso se trata de una granja de minería de bitcoin que será alimentada con energía solar al norte del país. El proyecto contó con una importante inyección de capital privado y esperan expandir la generación de electricidad, eventualmente, por medio plantas hidroeléctricas que se construirán en la zona. 

Más al sur, en Argentina, la generación de electricidad por medio de la energía solar también está proliferando con el objetivo de sostener la minería de bitcoin. Cápsula Mining es el nombre de un proyecto que está en formación en la Provincia del Chaco. Además de la energía fotovoltaica, parte del suministro eléctrico será generado por biodiesel. Sin embargo, este combustible será producto del reciclaje del aceite mineral que utilizarán para sumergir los ASIC mineros, con el fin de disipar el calor que emiten. 

Las iniciativas mencionadas son solo un puñado de muchas que están siendo desarrolladas alrededor del mundo con la finalidad de «limpiar» la minería de Bitcoin y que su huella en el planeta no sea un impacto negativo a nivel ambiental, sino uno positivo a nivel social, económico y tecnológico.

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