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Las cadenas de bloques de prueba de trabajo (PoW) como Bitcoin y Ethereum han estado bajo el escrutinio de las agencias reguladoras debido a la alta huella de carbono que dejan a su ritmo. Las cadenas de bloques PoW utilizan enormes cantidades de electricidad utilizada en el poder computacional para extraer transacciones y acuñar nuevas monedas.
En medio de las preocupaciones por el calentamiento global, las compañías de petróleo y gas están cada vez más presionadas por los gobiernos para fomentar una transición más rápida hacia la energía limpia, por ejemplo, el objetivo de reducción de la contaminación por gases de efecto invernadero de los Estados Unidos para 2030, o el Acuerdo Verde de la Unión Europea, una agenda política primordial destinada a transformar la economía regional en una de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2050.
Dos pájaros de un tiro
En lo que se puede catalogar como una iniciativa de economía circular, la transnacional de petróleo y gas, ConocoPhillips, viene ejecutando un programa en Dakota del Norte, donde se recaptura el exceso de gas natural que sale de los pozos petroleros, luego se deposita en generadores que convertir el gas en electricidad utilizada para la minería de bitcoin. La solución ha estado en funcionamiento durante más de un año y se estima que más de 18 millones de pies cúbicos de gas se reutilizan para la criptominería en lugar de simplemente quemarse.
Es beneficioso para las compañías petroleras y los criptomineros. Para las compañías petroleras, recuperar y reutilizar el gas natural que, de otro modo, se desperdiciaría en un proceso llamado "flaring" -cuando el gas se quema para reducir la sobrepresión de los equipos- representa un nuevo negocio y una fuente de ingresos, mientras que para los criptomineros es un fuente confiable de energía para alimentar sus servidores en el sitio.
El ganador parece ser también para el medio ambiente. Por un lado, la quema contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, incluidos CO2, metano y otros. Por otro lado, la conversión minera reduce las emisiones de CO2 equivalente en aproximadamente un 63 por ciento.
Las compañías petroleras de EE. UU. y otras que podrían imitar el proceso se dirigirán hacia la quema de rutina cero, lo que amortiguará su posición sobre el cambio climático. Al mismo tiempo, la minería PoW proscrita está reduciendo su propia huella de carbono.
El gigante Exxon sigue los pasos de ConocoPhillips
El mayor productor de petróleo y gas de EE. UU., Exxon Mobil Corp., en asociación con Crusoe Energy Systems Inc., ha estado probando el mismo procedimiento, planeando expandir el esquema a Alaska y países extranjeros como Nigeria, Argentina, Guyana y Alemania.